Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
Nonagenario
Sobre este blog
Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
A mí que el señor Ramón Tamames se acerque a las ascuas de VOX para rememorar tiempos pasados y disfrutar de unos minutos de visibilidad política y mediática, me parece de bastante mal gusto y claramente patético, pero es solo una opinión personal. Algo muy similar a lo que sentí cuando la señora Lidia Falcón participó en un mitin de esa misma formación en San Fernando (Cádiz) en marzo de 2022.
Ambos, añorando anteriores tiempos de gloria, hacen caso omiso a la ideología, las creencias y los valores que esta gente defiende, que se sitúan en las antípodas de lo que en otros tiempos ellos mismos sostuvieron. Este par de personajes, al que en otro tiempo miré con respeto, me producen pena y rabia y sobre todo me dejan perpleja y enfadada.
Esta parrafada tiene por objetivo enmarcar un asunto que me ha llamado la atención en mi calidad de detectora de edadismos (de discriminaciones por edad).