Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
Los actos terribles tienen consecuencias. Claro que sí
Sobre este blog
Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
Así es la vida, no siempre uno sale de rositas. A pesar de que, acostumbrados a cometer impunemente cualquier barrabasada, algunos puedan creer que estas son las reglas del juego. Pues no.
Escribo esto imbuida del pasmo continuado con que voy conociendo los detalles del juicio que se está celebrando en Avignon por la violación organizada y sistemática de Gisele Dignidad (en un acto de justicia, le he cambiado el apellido). Un juicio que nos muestra la profunda maldad del pacto patriarcal.
Voy a destacar algunos apuntes, de la infinidad de planos que se pueden analizar.
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