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Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

Caballerizas Reales... ¡Ándele!

Magdalena Entrenas

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Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

Me encanta andar y, más aún, pasear (es igual, pero dejando que los sentidos se deleiten, dándote tiempo a oler el azahar y admirar los detalles). Hacerlo por la Córdoba patrimonial un sábado por la mañana, convirtiéndote en turista anónima y accidental, me parece lo más. 

El sábado pasado hice un tour mágico. Baje desde la Arruzafa, la zona que debe su nombre a las almunias que pertenecieron a los emires y califas cordobeses, hasta el centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. Antes de llegar a la Mezquita, me paré en el Museo Taurino y aproveché para ver La Plaza de los sueños, una exposición de Aldo Comas que confieso me cautivó. Entrada de acceso gratuito para los residentes en Córdoba. 

Seguí andando hasta la Mezquita, deleitándome, como siempre, en el Patio de los Naranjos. Solo sentarme allí y mirar lo que me rodea, me consuela de cualquier dolor. Pero, además, necesitaba conectar con la energía que me transmite el bosque de columnas del interior. Así que entré y paseé con calma por este templo de propiedad privada -formal, mientras no haya una Sentencia que diga otra cosa- aunque para mí pertenezca a Córdoba entera. Entrada gratuita para los nacidos o residentes en la “diócesis” de Córdoba. O sea, no solo para los cordobeses de la capital.