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Sobre este blog

Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

Elecciones Andaluzas (II): Aristócratas de barrio y el timo de la banderita de Vox

Acto de campaña electoral de Vox con Macarena Olona y Santiago Abascal

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Dijo Antonio Machado que “el arma más destructiva que utiliza el fascismo es la mentira”. Y a través de esa mentira, el fascismo español ha sido capaz de encandilar a la clase obrera.

Los fascistas de toda la vida que se han vuelto a poner la camisa de siempre, son los que hasta hace cuatro días vilipendiaban al padre de la patria andaluza Blas Infante, al que llamaban despectivamente “tarado” o “muladí”, pisoteaban el feminismo que defendió Carmen de Burgos, mancillaban el nombre de José Manuel García Caparrós, e incluso intentaban apoderarse después de haberlo fusilao de Federico García Lorca.

Mediante propaganda más cargada de sentimentalismo que de verdades, les han vendido a la clase obrera que los inmigrantes vienen a “robarle” el empleo a través de subvenciones para chiringuitos u ONGs, y pero han callado que esos “inmigrantes” que te invaden, que se llevan las subvenciones y vienen a robarte el empleo o la casa, y que no cotizan en España, son un lobby americano que explota con una bicicleta, es una buscador de internet que Tributa en Irlanda lo que factura en España, o son fondos buitres que expulsan de nuestros barrios a personas mayores mientras tienen su sede en Luxemburgo.

Esa extrema derecha ha potenciado el infoentretenimiento, es decir, difunde más lo que impacta que lo que importa. Y para ello, no ha necesitado un Ministerio de Ilustración Pública y Propaganda, para trasladar este discurso solo les ha bastado la ayuda de empresarios o terratenientes, herederos de Carranza, Cañero o Bohórquez, “aristócratas de barrio” aburridos durante la pandemia creadores de cadenas de mensajes whatsapp y difusores de redes sociales, y varios periodistas a sueldo, los cuales han utilizado conversaciones de barra de bar y noticias falsas.

Aristócratas de barrio

Los “aristócratas de barrio” son los amantes de fiestas anacrónicas que ayudan a sostener clichés y estereotipos sobre Andalucía de políticos y medios de comunicación que ven nuestra tierra como un circo de charanga y pandereta, mientras malviven con un sueldo que apenas les permite llegar a final de mes, dados de alta si acaso, media jornada, donde cobran la mitad en negro, y trabajando más de 10 horas al día a jornada partía sin ver apenas a su familia.

Son esos que tienen delirios de grandeza porque se han comprado un coche de cierta marca que no pueden mantener y que piden préstamos para llevar un estilo de vida al que no llegan, mientras corren a los brazos de su negrero para denunciar al compañero que lucha por sus derechos laborales.

Es el currito títere de la oligarquía fascista que se ha creído que es clase media porque cobra mil y pocos euros, que como diría José Antonio Vera Luque son “Aristócratas de barrio, cobrando ayuda social”. Es el obrero de toda la vida, que hoy reniega de ser de clase trabajadora.

Donde el mayor logro que ha conseguido la extrema derecha ha sido hacerle creer a estos “aristócratas”, que con su mísero salario tendrán las mismas oportunidades que el empresario y el terrateniente que recibe grandes subvenciones.

Con su voto a la extrema derecha, están votando el desmantelamiento y la privatización de la sanidad pública a la que jamás podrán tener acceso ni ellos ni sus hijos, donde se morirán en la puerta de un hospital, tal como pasa en otros países o donde podrán necesitar medicamentos que no podrán sufragar con su sueldo mileurista. Sólo en esta legislatura, el gobierno en coalición del PP con la extrema derecha ha despedido a 8000 sanitarios. Ya decía Ignacio Garriga que “La sanidad universal y gratuita es una lacra”. Fuente: Redacción Médica

Por supuesto, también votan la privatización de la educación y el cierre de clases de infantil y primaria en colegios públicos, donde han despedido también a más de 2000 profesores, buscando con ello un pueblo analfabeto al que poder mangonear.

Este fascismo es el mismo que en 1981 quiso guillotinar nuestra Autonomía y su sueño de autogobierno, para que siguiéramos siendo dirigidos desde Madrid. El autogobierno de Andalucía que hoy quieren decapitar, fue una conquista del pueblo andaluz, con el que se buscaba cambiar nuestra tierra, para que esta tuviera unos servicios públicos de calidad y le fueran reconocidos unos derechos que hoy nuevamente nos quieren arrebatar.

La conciencia de clase se tiene o no se tiene, no es algo que se pueda aprender en las escuelas, ni en la calle. La conciencia de clase es un alegato a la libertad del trabajador y a sus derechos.

Parte de la sociedad que vive acomodada, ve ajeno y lejano la defensa de esos Derechos porque piensan que nunca se los van a arrebatar, sin pensar que hay otra parte de la sociedad que tienen grandes carencias. Hoy en día la pobreza está instalada en las capas de la clase trabajadora, donde la desigualdad cada vez es mayor a pesar de tener trabajos, la mayoría de ellos mal remunerados gracias a la negación y a las presiones de las élites y los jerarcas empresariales.

El timo de la banderita

Entre las armas utilizadas para esta mentira que decía Machado, ha estado la bandera y hacerles creer que es muy patriota ir a trabajar y no quejarse, mientras les tomaban el pelo.

Y ya no es que hayan atacado frontalmente la estabilidad social y familiar durante la pandemia votando en contra de todo lo que significara protección para la clase trabajadora y sus familias como por ejemplo que se tramitara de urgencia la derogación del despido por enfermedad, votando en contra de los ERTES, votando en contra de prohibir el despido por el coronavirus o las ayudas a autónomos, votando en contra de las moratorias de las hipotecas, votando en contra de la suspensión de alquileres, luz, agua y gas durante la pandemia, votando en contra del salario mínimo, votando en contra de la revalorización de la pensiones y subirle el sueldo a los funcionarios, de que ambos progenitores puedan disfrutar del permiso de lactancia etc.

Sino que encima, se presentan en Andalucía con un panfleto de 10 propuestas, porque lo que presentan puede ser muchas cosas, pero no desde luego un programa electoral, donde la mayoría de lo que exponen es abstracto, incongruente y a su vez es casi imposible de cumplir. Además, de ser una copia literal punto por punto, de lo que ya plantearon hace 4 años, y donde ya dejaron en evidencia a Abascal[1]. Es decir, no tienen nada que aportar a la sociedad, solo un discurso de mentiras, odio y confrontación.

Vox es un partido meramente elitista y económicamente neoliberal, que mira principalmente por el empresario, negando por supuesto la lucha de clases y las formas colectivas de defensa de derechos de los trabajadores, aunque en busca de ensanchar su electorado asume a su manera, políticas que hasta hace poco eran defendidas exclusivamente por la izquierda, utilizando para ello un discurso camaleónico adaptable a todo aquello que el ciudadano quiere escuchar.

Todo esto influye de forma directa en ese tanto por ciento de trabajadores que tienen rentas bajas y que, debido al descontento con la actual política y sus representantes, abrazan a esa extrema derecha en función del uso político de sus condiciones laborales y/o sociales.

En definitiva, el voto a este partido y a quienes lo representan es una estafa, con un programa nulo y rancio, y que a través de las redes sociales han creado un proceso de fascistización de la sociedad española, utilizando como catalizador las fake news, buscando dinamitar la convivencia, la tolerancia, el respeto y la cohesión social. Para ello, solo hay que ver como el pasado domingo en el mitin de Marbella se rodearon de una defensora del fascismo italiano como es Giorgia Meloni[2].

Su único fin, es controlar Andalucía desde Madrid o incluso desde fuera de España, según les dicten Bannon o la sobrina de Le Pen, Marion Maréchal, a través del centro de “estudios” Instituto Iliade, buscando tratar a los andaluces y andaluzas como cobayas, y a Andalucía como su laboratorio, donde mercadear con los derechos de las mujeres, la imposición nuevamente en la escuela del nacionalcatolicismo que tanto adora Meloni, implantar el pin parental para controlar a las familias a través de listados, borrar la memoria histórica y los abusos cometidos contra nuestros antepasados, atacar al colectivo LGTBI o a los inmigrantes. En resumen, hacer lo que han hecho sus socios a nivel internacional, que es que las democracias sufran un giro autoritario, donde los derechos humanos son violados de forma continua. 

Contra el fascismo el pueblo no puede ser el problema, el pueblo tiene que ser la solución.

[1] Abascal pide el cierre de Canal Sur para dar su apoyo https://www.youtube.com/watch?v=FSIbgP_KSOw

[2] Giorgia Meloni, la nuova stella della destra italiana https://www.genteditalia.org/2020/08/08/giorgia-meloni-la-nuova-stella-della-destra-italiana/

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Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

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