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Alfonso Alba

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Huele a quemado pero no arde nada cerca. El ambiente es oscuro e incluso pesado. Y el aire que se respira no es bueno, sino todo lo contrario. Este jueves, el humo de los incendios de Portugal y Extremadura ha vuelto a cubrir los cielos de la provincia de Córdoba, especialmente los de la zona norte y todo el Valle del Guadalquivir.

El paisaje cordobés apenas se distinguía por la intensidad de la humareda, que se ha ido disipando a lo largo de la mañana. La calidad del aire cayó en picado, especialmente durante la madrugada, que ha sido el momento en el que el humo ha sido más intenso. De hecho, muchos cordobeses que han dormido con las ventanas abiertas se han despertado con los ojos y la garganta irritados.

La intensidad de los incendios, a 300 o 400 kilómetros de distancia de Córdoba, ha generado una peligrosa humareda. El Ministerio de Sanidad ha pedido a las poblaciones más cercanas que usen mascarilla cuando salgan a la calle y que cierren puertas y ventanas, para evitar riesgos.

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