Una semana de encierro en familia: las videollamadas como salvavidas social
Primera semana en familia con el estado de alarma por la epidemia de coronavirus. El confinamiento en casa ha llevado a muchas personas en Córdoba a recurrir a las videollamadas para romper el aislamiento social durante estos días. Muchos las utilizan para teletrabajar o dar clases, pero también para tomar una cerveza on line con amigos o para cantar el Cumpleaños Feliz a un ser querido. Ese ha sido el caso de los Colodrero Mármol, una familia cordobesa que, como muchos, ha tenido que sustituir la comida familiar por una videollamada para felicitar el cumpleaños a su abuela.
Rafa, prejubilado, y Charo, ama de casa, tienen tres hijos. De mayor a menor: Álvaro, Pablo y Marta. Aunque ya hace tiempo que los dos primeros viven fuera de casa, la situación frente al coronavirus ha hecho que Pablo decida volver de Málaga, donde trabaja como comercial para farmacias. Eso ha permitido que, junto con Marta y sus padres, los cuatro estén juntos durante las semanas de confinamiento, mientras que Álvaro, el mayor de los tres, se ha quedado en Chipiona (Cádiz), donde es profesor de instituto.
“Al principio nos chocó, pero empezamos la cuarentena antes de que el Gobierno lo decretara, ya que veíamos que la cosa no iba muy bien” ha contado Marta, que estudia Enfermería en la Universidad de Córdoba y estaba realizando sus prácticas en el Hospital Reina Sofía justo antes de que estallara la situación. Como recuerda, hace más de dos semanas que le cancelaron todas las prácticas, ya que, aunque todavía no había ningún caso de contagio en Córdoba, los alumnos se encontraban “en primera línea” y desconocían cómo actuar en circunstancias así, por lo que podrían suponer “un aumento de infectados y más trabajo para las enfermeras”. Así, ahora tiene que realizar distintos ejercicios al “estilo seminario” para sustituir las horas de prácticas.
De la misma manera, sus hermanos trabajan desde casa. Pablo teletrabaja y todos los días realiza reuniones on line con sus compañeros, así como llamadas a distintas farmacias de Málaga y provincia, como comercial de una marca de cosméticos. Sin embargo, señala, las farmacias no están comprando sus productos, ya que no es lo que los clientes demandan en estas circunstancias. Por su parte, Álvaro, cuyo instituto, como todos, ha cerrado, envía tareas on line a sus alumnos, convertido ahora en teleprofesor. Y, aunque se encuentre lejos de casa, todos los días habla con el resto de la familia, sobre todo por un grupo de WhatsApp, pero también a través de videollamadas.
Cumpleaños Feliz a través de la pantalla para la abuela LolaCumpleaños Feliz
Así, las videollamadas se han convertido en una de las formas preferidas de mantenerse en contacto con sus familiares, especialmente con su abuela Lola. Aunque vive con una de sus hijas, el resto de la familia suele contactar de esta manera con ella “para que no se aburra ni se sienta sola”, ya que no pueden visitarla varias veces por semana como solían hacer. “Suele quedarse más callada mirándonos a todos que hablando”, cuenta Marta al otro lado del teléfono, pues Lola aún no comprende “muy bien” cómo es posible ver a sus nietos en una pantalla. Sin embargo, eso no le ha impedido celebrar su cumpleaños con ellos.
“El miércoles fue su cumpleaños. Íbamos a celebrarlo este domingo en casa de mi tío, pero debido a las circunstancias no podemos”, ha explicado Marta. En su lugar, toda la familia se reunió a través de las pantallas de sus móviles y ordenadores para que la abuela Lola soplara las velas mientras sus hijos y nietos le cantaban Cumpleaños Feliz.
Esta escena ha sido uno de los encuentros familiares de la semana, en la que, como la mayoría de los cordobeses, la familia no ha faltado a los múltiples aplausos y cánticos desde los balcones en agradecimiento a los profesionales sanitarios y el resto de colectivos que están luchando por salir de esta situación. Además, tienen la suerte de que la vecina de enfrente, que es enfermera, “suele poner música y hablar por un micrófono para que toda la calle la escuche”.
Este momento, junto con las horas de trabajo o estudio, las videollamadas con amigos y las series y películas en familia, hace que los días de confinamiento “pasen rápido” mientras aprovechan el tiempo para estar juntos. Parte del día también lo emplean en su propio entretenimiento. Rafa suele leer, Charo cocina, Marta dibuja y Pablo juega a algún videojuego. Y también han decidido, en estos días tan especiales, hacer juntos cosas que llevaban posponiendo cierto tiempo. Una mano de pintura a algunas zonas de su casa para sobrellevar el confinamiento.
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