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El Supremo rechaza reabrir el caso del hombre condenado por matar a su esposa y tirar su cuerpo a un pantano de Córdoba

Vista aérea del embalse cordobés

Alejandra Luque

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El Tribunal Supremo ha rechazado reabrir el caso de Gaspar O., el hombre condenado a más de 22 años de cárcel por el asesinato de su esposa en Arganda del Rey (Madrid) -María José Pallarés-, cuyo cadáver fue hallado en 2018 en un pantano de la provincia de Córdoba. En un auto al que ha tenido acceso este medio, la Sala de lo Penal ha denegado la autorización para interponer un recurso extraordinario de revisión, al concluir que no concurren hechos ni pruebas nuevas que permitan cuestionar una sentencia firme.

El Alto Tribunal recuerda que el recurso de revisión es un procedimiento “extraordinario y excepcional”, cuyo objetivo no es reexaminar el juicio ni volver a valorar la prueba, sino únicamente “quebrar la firmeza de una sentencia por haber aflorado elementos nuevos que no figuraban en el proceso y que patentizan el error”.

El condenado fue detenido en octubre de 2018, después de confesar ante la Guardia Civil haber matado a su esposa y haber trasladado su cuerpo hasta el pantano de El Arenoso, en la localidad de Montoro, donde fue arrojado tras atarle una piedra de gran peso. A raíz de esa confesión, los agentes localizaron el cadáver, lo que resultó determinante para el avance de la investigación.

No obstante, durante el juicio celebrado en 2020 ante un tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de Madrid, el acusado se retractó de su confesión inicial y sostuvo que tres individuos de Europa del Este habían asaltado su vivienda cuando su esposa se encontraba sola, la mataron durante el robo y posteriormente le obligaron, bajo amenazas de muerte contra él y contra sus nietos, a trasladar el cuerpo y a autoinculparse del crimen.

Esta versión fue rechazada por el jurado y por los tribunales. El Supremo recuerda ahora que esa explicación “ya fue mantenida por el acusado en el acto del juicio oral” y que fue descartada tras valorar, entre otros elementos, la inspección ocular realizada en la vivienda, donde “pudieron comprobar que las cerraduras no fueron forzadas y que las ventanas se hallaban enrejadas”, lo que hacía inviable el acceso desde el exterior.

Un guardia civil en Montoro.

En su último intento por reabrir el caso, el penado propuso como prueba el testimonio de un interno de la prisión de Aranjuez que aseguraba haber escuchado a los supuestos autores del crimen reconocer los hechos en un bar de Arganda del Rey. Sin embargo, el Supremo subraya que el condenado “no explica el modo y tiempo en que ha tenido conocimiento de la existencia de este testigo” siete años después de los hechos.

La Sala concluye que la petición “no se acomoda a las exigencias propias del recurso de revisión” y que “no se ha acreditado”, por tanto, ningún elemento nuevo para reabrir el caso.

Mató a su mujer de un fuerte golpe en la cabeza

En agosto de 2020, la Sección 27ª de la Audiencia Provincial de Madrid, órgano especializado en asuntos de Violencia Sobre la Mujer, condenó a este hombre como autor responsable de un delito de asesinato cualificado por alevosía y con la concurrencia de la circunstancia agravante de parentesco a la pena de 22 años, seis meses y un día de prisión por haber matado a su esposa en octubre de 2018 en su domicilio de la localidad de Arganda del Rey.

Tal y como reflejaba la sentencia, se considera acreditado que el 11 de octubre de 2018 Gaspar acabó con la vida de su esposa propinándole un fuerte golpe en la cabeza, supuestamente con un martillo, lo que hizo que María José comenzase a sangrar, cayendo al suelo boca abajo y perdiendo el conocimiento. Entonces, el acusado, para asegurar su propósito, procedió a atarle las piernas a la altura de los tobillos y las muñecas con una cuerda de tender, y a taparle la cabeza con una bolsa de basura, atándosela al cuello con cinta adhesiva, ocasionándole la muerte por asfixia mecánica por compresión extrínseca de las vías respiratorias.

Después, el acusado introdujo el cuerpo de la víctima en su vehículo, trasladándolo hasta su pueblo natal, Montoro, donde lo arrojó al pantano El Arenoso, en el paraje denominado La loma del barco, tras introducir una piedra de unos cinco kilos entre la ropa y el hombro derecho de la perjudicada. El 19 de octubre se encontró el cadáver de María José en el pantano.

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