Córdoba CF
El Arcángel pierde su magia: un 2025 para el olvido en el Reino
El empate sin goles del Córdoba Club de Fútbol el pasado sábado ante la SD Eibar no fue solo un tropiezo más en la mala racha actual del equipo; fue el epílogo perfecto para un año, el 2025, en el que El Arcángel ha dejado de ser el fortín inexpugnable sobre el que el cuadro blanquiverde cimentaba históricamente sus objetivos. El coliseo ribereño ha mutado su identidad: de ser un fortín, una caldera donde los rivales sufrían para sumar, ha pasado a convertirse en una plácida visita donde 15 de los 20 equipos que lo visitaron este año 2025 lograron llevarse algún botín.
Los números son fríos pero incontestables. El Córdoba CF cierra el año natural con un balance deficitario ante su afición: apenas 5 victorias, 7 empates y 8 derrotas en los 20 encuentros disputados entre el final de la campaña 2024-25 y el inicio de la actual 2025-26. Esto se traduce en una producción de solo 22 puntos de 60 posibles, una cifra que explica por qué el equipo, pese a sus buenas prestaciones a domicilio, no termina de despegar hacia la zona noble.
Fuerte fuera, débil en casa
La paradoja del Córdoba de Iván Ania en este 2025 es mayúscula. Mientras el equipo se desangra en el coliseo reibereño, lejos de Córdoba muestra una solvencia envidiable, al menos en LaLiga Hypermotion. Tal y como reflejan las estadísticas de @StatsSegunda, el conjunto blanquiverde es el tercer mejor visitante del año 2025, con 7 victorias -2 esta temporada, 5 en la pasada- en 19 partidos, solo superado por el Deportivo de la Coruña (9) y el Burgos CF (8). Más específicamente, el Córdoba CF se impuso en Albacete (1-3), Zaragoza (0-1) esta temporada; y Málaga (0-1), Ferrol (0-1), Tenerife (2-3), Cartagena (0-1) y Castellón (1-2) la pasada 2024-25.
Así, el Córdoba iguala en triunfos a domicilio al Racing de Santander y supera a equipos potentes como Levante, Cádiz o Granada. Sin embargo, esa fiabilidad viajera se diluye al cruzar el Puente de San Rafael. Victorias brillantes como el 5-0 al Granada o el 4-2 al Cádiz en la primera mitad del año, o las más recientes ante Castellón (2-1) y Ceuta (2-0), han sido oasis en un desierto de empates y derrotas dolorosas (como el 0-3 ante el Almería o el reciente 1-2 ante el Cádiz) que han impedido al cordobesismo disfrutar de una continuidad en la alegría en su feudo.
El efecto en la grada: la asistencia se enfría
La pérdida de fiabilidad deportiva ha tenido un reflejo directo en la afluencia de público. El cordobesismo, fiel como pocos, empieza a mostrar síntomas de agotamiento ante la falta de resultados en casa. El partido ante el Eibar registró la peor entrada de la temporada, con 12.913 espectadores, cayendo al sexto puesto en el ranking de asistencia de la jornada en Segunda División.
Si bien el horario (14:00 horas) no ayudó, la tendencia es decreciente. De los más de 16.000 fieles que abarrotaron el estadio ante Las Palmas en agosto o ante el Castellón y la Cultural Leonesa, se ha pasado a bajar de la barrera psicológica de los 13.000, una cifra que no se vivía en El Arcángel -exceptuando el intranscendente duelo contra el Albacete de la pasada temporada- desde Primera RFEF. El Arcángel sigue siendo uno de los estadios con más vida de la categoría -superando en esta jornada a plazas como el Carlos Belmonte, Castalia o el Reino de León-, pero el efecto olla a presión se está disipando.
El reto para 2026, que arrancará en casa el 3 de enero ante el Burgos CF, es mayúsculo: volver a echar el cerrojo a El Arcángel. Si el Córdoba CF quiere aspirar a algo más que la permanencia tranquila, necesita que su estadio vuelva a ser el jugador número 12 y no el lugar donde los rivales encuentran la cura a sus males.
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