#Héroes sin capa | Oficial de notaría: “El cliente que nos llama y nos demanda es porque realmente nos necesita”
Hay documentos que necesitan la firma de un notario y que no pueden esperar a que la emergencia sanitaria se haya resuelto. Por eso las notarías españolas se han mantenido abiertas y sus empleados han seguido trabajando de cara al cliente, aunque solo en casos de urgencia y siempre con cita previa. Entre ellos, Paco Gámez, un oficial de notaría cordobés que ahora alterna la atención presencial con el teletrabajo, “nada habitual” en su profesión.
Como oficial de notaría, Paco suele encargarse de atender y asesorar a los clientes en las consultas diarias, sirviendo “de apoyo al notario”, que es quien tiene la seguridad jurídica para firmar los documentos. Y esa sigue siendo su función durante el estado de alarma. Aunque gran parte del trabajo lo realiza desde casa, ya que en la notaría Díaz-Vieito y Velazamán, donde Paco trabaja, juegan con la “ventaja” de tener dos notarios. Eso les ha permitido organizarse en dos grupos, “uno con cada notario”, y turnarse para que cada semana vaya uno a la oficina, donde también se ha reducido el horario.
“Hemos tenido un gran bajón de trabajo”, explica Paco, ya que ahora solo atienden los asuntos de urgencia. Entre ellos, los préstamos bancarios, ya que la gente y las empresas “necesitan tener liquidez”. Así, se han dejado a un lado documentos “que no tienen una urgencia real”, como testamentos o compraventas de inversiones, pero se sigue trabajando con ellos y preparándolos para que, “cuando llegue el momento”, se pueda atender a esos clientes.
Estos, para ser atendidos durante el estado de alarma, tienen que pedir cita previa y exponer “los motivos de su urgencia” por correo electrónico. Entonces, la notaría valora si es una cuestión inaplazable y decide si darle, o no, una cita. Una tarea en la que es necesario ponerse “en el papel de la persona”, cuenta Paco, ya que el abanico de situaciones es muy amplio y “algo que para ti no es urgente puede serlo para tu cliente”. Por eso no han rechazado nada sin antes valorarlo de esa forma, aunque desde el primer momento han contado con la ayuda del cliente.
Los clientes han evitado hacer consultas no urgentes
“El cliente que nos llama y nos demanda es porque realmente nos necesita”, explica Paco, cuyos clientes han sido “responsables y razonables” desde el primer día. Así, han comprendido la situación y “no han saturado” la notaría a base de consultas sobre asuntos que pueden esperar. Además, los que no han podido ser atendidos “lo han entendido” y los que realmente tenían motivos urgentes han respetado todos los procedimientos y medidas de seguridad para asistir a las citas presenciales.
Entre esas medidas, usar guantes y mascarilla e intentar mantener la distancia de seguridad “al máximo”, todo con “un escrúpulo total y absoluto”. Incluso algunos clientes suelen llevar su bolígrafo propio para el más mínimo contacto. “Hemos hecho todo lo que ha habido a nuestro alcance para cuidar la salud de todos. La nuestra, lógicamente, pero también la del cliente, que es por quien estamos nosotros ahí”.
En este sentido, aunque el trabajo presencial implique correr los riesgos inherentes a salir de casa e interactuar con personas, el cliente ha facilitado la situación y todo “ha funcionado bastante bien”. Tanto en la oficina como desde casa. Aunque para Paco el teletrabajo ha sido lo “más duro” de la nueva rutina de trabajo, ya que lleva toda la vida acostumbrado a tener un trato “directo y cercano” con el cliente. Trato que ahora es “más frío” al tener que realizarse a través del teléfono. “Es una situación es muy rara, pero la estamos superando”.
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