Leed, borregos
Lee y conducirás, no leas y serás conducido(Santa Teresa de Jesús)
Como ocurre con todos los fenómenos emergentes, muy especialmente en este país, Podemos ha polarizado la opinión pública entre un grupo de férreos defensores y otro de obstinados detractores.
Los primeros no ven mácula en las tesis de Iglesias y compañía. Responden cada pregunta con otra y es muy común que, ante la falta de respuestas, nos recuerden, como si hiciera falta, que estamos gobernados por una panda de chorizos que hay que extirpar. Gran parte de los pro-Podemos cumplen, como mínimo, alguna de estas condiciones: son desesperados por la pésima situación económica, asqueados por la corrupción de la casta política o ilusionados ante el poder oratorio de los cabecillas del nuevo partido.
Los detractores le han pintado coleta al apocalipsis y la han adjetivado como bolivariana. Repiten como un loro el refrán de más vale malo conocido, mientras suspiran aliviados porque su cuenta corriente baja menos que la de sus vecinos. Algunos se han apuntado demasiado tarde al PSOE o al PP, como aquellos que invirtieron en vivienda justo antes de que estallara el boom inmobiliario, y temen que la teta se acabe justo cuando la están rozando con su boca. Otros son simplemente conservadores y otros cobardes por naturaleza.
A los defensores me gustaría preguntarles si les hace gracia que Podemos cambie de ideas económicas cada semana. ¿Dónde quedó el impago de deuda o la renta básica que iban a sacarnos de la miseria? ¿Dónde las nacionalizaciones estratégicas de empresas que fueron robadas al país por los gobiernos anteriores? ¿Qué papel tendrá la educación en el proyecto de Podemos? ¿Y la sanidad? ¿Por qué Podemos olvida a las clases medias?
¿Saben los críticos de los que avances indiscutibles que ha conseguido el socialismo bolivariano en la siempre esclava América Latina? ¿Conocen de Hugo Chávez, por ejemplo, algo más que aquella anécdota del “¿Por qué no te callas?”? ¿Son conscientes que su posición social y económica mengua por días y que las posibilidades que tendrán sus hijos de prosperar en la vida son mucho menores que las que tuvieron ellos? ¿Cómo pueden defender a los que nos estafan y se sigue riendo en nuestra cara? ¿Cómo les sienta que una minoría viva como dioses gracias a nosotros? ¿Tienen alguna idea, en general?
Vivimos un instante político apasionante y aquí nadie lee ni razona nada. Se ataca o se defiende a un partido, como si esto fuera fútbol. ¡Qué daño hacéis los incondicionales de la política al país y a la razón! ¿Cuántos sois cómplices de las constantes difamaciones de los medios de desinformación difundiendo solo lo que creeis que os interesa? ¿Cuántos de los que habéis emitido opiniones, ya sea para bien o para mal, habéis leído el borrador económico de Podemos? Como siempre, estáis esperando a que saquen la película. Decía Borges, y decía bien, que los verbos amar, soñar y leer no aceptan el imperativo. Sabemos es bueno amar y soñar, por lo que debemos convencernos de que leer también. ¿Tú eres de los Podemos? (sic), me preguntaba un familiar ayer mismo. No lo sé, pero por lo menos estoy intentando averiguarlo.
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