Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Herencia
Cuando yo cumplí dieciocho años me fui con tres amigos del barrio a cenar a una pizzería del centro. Pedimos también unas cañas y dos botellas de vino tinto.
Éramos, nos sentíamos, grandes.
Por eso, después, nos metimos en un bingo en la misma calle de la pizzería. Y enseñamos nuestros carnets de identidad y pedimos cuatro cacharros y compramos cuatro cartones. Y no hubo suerte.
Entre risas planificamos una excursión de “mayores de edad” a un camping de Almuñécar. Y cumplimos el plan. Nos plantamos en la costa granadina como si fuéramos Alfredo Landa, Esteso, Pajares y el otro. Y lo pasamos bien contando las pesetas de la cartera, comiendo bocatas y llenando la nevera de hielo.
La Princesa Heredera Leonor cumplió dieciocho años hace unos días y le montaron una fiesta fatigosa, a la pobre. Ni Almuñécar, ni bingo, ni pizza ni una buena tajada entre colegas. Todo pautado, elegante y almibarado; malo para sus brackets. Posible caries.
Claro; es que ni mis amigos ni yo heredamos una corona, una jefatura de estado. Juanito ha heredado una cafetería, Rafa se hizo profesor de secundaria, Eulogio se suicidó. Ya hemos dejado de preguntarnos el porqué. Fue hace tiempo.
Yo he heredado medio piso de barrio (y el trastero, eso sí, también). Y, desde el punto de vista meramente genético también he heredado la alergia al polen de mi madre y el estrabismo de mi padre.
Descansa, Leonor, descansa.
Yo ya me voy acostumbrando a mis herencias. Es más, me las estoy puliendo, creo.
Haz lo que puedas, Leo, con las tuyas.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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