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Córdoba acoge con los brazos abiertos a Latorre en una de las noches más importantes para el artista

Homenaje a Javier Latorre en el Concurso Nacional de Arte Flamenco | MADERO CUBERO

David Hornillo

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Con el telón cerrado, y al pie del escenario del Gran teatro, apareció anoche Javier Latorre para dirigirse calurosamente a su público de Córdoba, ciudad a la que le unen lazos especiales desde hace muchos años. En primer lugar, tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que se encontraban allí presentes y, dirigiéndose a éstas, confesó que su espectáculo 50 años en danza, el cual sería estrenado en breves instantes, era un homenaje particular que él mismo quería hacer a sus hijas, su público, sus maestros, a sus alumnos y compañeros que junto a él habían caminado durante estos 50 años y que, además, según las palabras del propio artista, eran quienes habían hecho posible que él estuviera allí. Seguidamente, comunicó que los beneficios recaudados en la gala irían destinados a la Fundación Arco Iris, dando las gracias a su portavoz, Alfonso Fernández Zamorano, al cual estará eternamente agradecido por salvarle la vida, literalmente, hace treinta años.

Cuando Javier adentra hacia bambalinas, abre el telón y sobre la escena 5 bailarines del Ballet flamenco de Andalucía interpretan una maravillosa zambra para piano y orquesta, coreografiada por Javier Latorre, con música del maestro Enrique Morente y Antonio Robledo, sobre los textos de Manuel Machado; yo, poeta decadente. Hasta un total de 12 artistas componentes del ballet Flamenco de Andalucía finalizan la coreografía sobre las tablas, entre los que podemos encontrar a Borja Cortés, Alejandro Molina o Federico Núñez, entre otros. Para la siguiente escena, Miriam Mendoza, bailarina solista del Ballet Nacional de España nos dejaba una pieza alegre con el título de Chacona. Ésta, compuesta por la música de José Nieto y la coreografía de Victoria Eugenia. La siguiente coreografía venía a cargo de Cristian Lozano, quién además la bailaba junto a Tamara López y la guitarra de Tino Van der Sman quien, a su vez, compuso la música. La escena abre con una luz cenital que alumbra a Cristian cubriendo las espaldas a su compañera. La melodía dulce y libre de la guitarra, da un carácter íntimo a la pieza que es bailada con pasión y complicidad por ambos artistas.

Nuevamente llega el turno para el Ballet Nacional de España con uno de sus bailarines principales, Francisco Velasco. Éste, nos interpreta el zapateado de Sarasate, a quién puso coreografía, en su día, el gran Antonio Ruíz Soler. Velasco hace una ejecución exquisita, destacando en ella la técnica y limpieza de sus pies. Se trata de un baile lleno de matices y expresividad. En los solos de pie, cuando la música cesaba, el bailarín reproducía perfectamente la melodía del motivo principal de esta conocidísima pieza. Levantó los aplausos del público en reiteradas ocasiones, y es que, realmente, no era para menos.

Para cerrar la primera parte del espectáculo, nada más y nada menos que Eva Yerbabuena, palabras mayores… Ella nos interpretó un baile por soleá acompañada a la sonanta del genial Paco Jarana las voces de dos extraordinarios cantaores como Antonio Campos de Granada, con eco de “campana gorda” y flamenco hasta el tuétano y el Londro, cantaor jerezano de voz flamenca y sentida y bastante paladar y buen gusto en el decir de los cantes. También se encontraba entre los cantaores Tomás García, poseedor de una voz fresca, con un eco personalísimo y flamenco y quien, además, brilla con luz propia desde hace ya algunos años cuando ganó el V Certamen de jóvenes flamencos “desencaja 2014”.

Eva nos dejó momentos sublimes, imprimiendo un sentido y una profundidad a la soleá enorme. Tuvo momentos que cortaba la respiración, el público literalmente entregado y un final apoteósico con la balada compuesta para el álbum Paloma Brava de la inolvidable Rocío Jurado, por el compositor Manuel Alejandro en 1985. Todos tenemos en mente la versión de Fernanda de Utrera luchando contra viento y marea en cada uno de los quejíos que le brotaban del alma cuando la cantaba por bulerías. En este caso, para Eva cantaba un cuarto cantaor Antonio Gómez El Turry, con una voz potente y giros muy peculiares y flamencos. Él fue el encargado de cantar por bulerías la balada compuesta para Rocío Jurado.

Finalizada la primera parte del acto y tras un breve descanso vino la segunda parte. Ésta, abrió con la figura de Javier Latorre, llegando así el momento más esperado de la noche, donde el maestro valenciano interpretaba una original farruca coreografiada por él mismo sobre la música del pianista jiennense, aunque criado en Córdoba, Alfonso Aroca. Como decimos, éste era el momento esperado de la noche. Todo hacía intuir que iba a ser especial desde el día anterior cuando, en la rueda de prensa, un emocionado Javier Latorre expresaba a corazón abierto y con palabras entrecortadas… será una de las noches más importantes de mi vida...

Tras el maestro, otra colaboración especial, la del bailaor japonés Shoji Kojima acompañado por la extraordinaria guitarra de Juan Gómez Chicuelo, la voz del Londro y la percusión de Pedro Navarro.

Como broche de oro, un espectacular cuadro flamenco, entre donde se encontraban la hija de Javier, Ana Latorre, una joven cordobesa con grandes cualidades artísticas y a la que le corre el arte por la sangre ya que le viene por ambas partes, de padre y madre. Ana ha estrenado su primer espectáculo en solitario Leiva yo a contar en el teatro Góngora de nuestra ciudad y en el festival de Jerez en la sala Paul, donde ha obtenido una gran aceptación y crítica. En el resto del cuadro más artistas de categoría como; Mercedes de Córdoba, que cerraba el cuadro bailando por cantiñas con una elegancia sublime, quebrando el cuerpo con giros casi imposibles, con peso y acompañada por un guitarrista genial como es Juan Campallo. Entre otras, también, La Moneta. La granadina puso el teatro bocabajo con su baile por bulerías, con el acompañamiento exclusivo de las palmas.

Y es que no necesita más. En su baile encierra fuerza, autenticidad y sobre todo mucha flamenquería. Tal es así que desde el público un espontáneo grita; ¡eres una monstrua! Y es que no era para menos. Pedro de Córdoba nos bailó bulerías por soleá regalándonos también momentos buenísimos junto a las voces de Tomás García, El Londro y Antonio Campos y las sonantes de Víctor el Tomate y Juan Campallo. Karen Lugo bailó Fandangos de Huelva acompañada por Antonio Campos y Tomás García. También el bailaor de Arcos de la Frontera Marcos Flores que estuvo realmente espectacular por martinetes. Mara Martín por siguiriyas y Encarna López por soleá con dos cantes el primero del Mellizo y el segundo de la Andonda.

Finalmente, Javier Latorre clausuraba el espectáculo con una pataíta por bulerías como fin de fiesta, mostrando su satisfacción y alegría por las emociones tan intensas vividas en lo que para él era una de las noches más importantes de su vida.

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