Javi Hervás, el retorno de un ídolo en la encrucijada
El mediocentro cordobés, en su día el traspaso más caro en la historia del Córdoba, vuelve a El Arcángel enrolado sin un puesto seguro en un deprimido Hércules
“Pues bueno, bien... pero ahí estamos. Bien entre comillas. El equipo no anda bien y yo no estoy jugando, no sé...”. Con su clásico tono monocorde agigantado por la situación que está viviendo. Con un discurso tan titubeante como su trayectoria desde que salió del Córdoba, Javi Hervás contó en los micrófonos de la Ser sus sensaciones en las vísperas de su retorno a El Arcángel, un recinto que abandonó en junio de 2012 como estrella con rumbo a Primera División y al que retorna, 17 meses después, con un rol muy distinto: es suplente habitual en el Hércules, penúltimo en la clasifacion de Segunda.
Puede que salga a jugar en la noche del domingo a un césped que conoce bien, aunque sólo estuvo seis meses trotando sobre él. Le bastaron para convertirse en la sensación de la Liga Adelante y ser fichado en enero, por 1'2 millones de euros, por el Sevilla. En Nervión tocó techo: de Tercera a Primera en seis meses, con un escalón intermedio de impacto brutal en Segunda. En el Córdoba, donde enseñó lo mejor de su fútbol. El domingo estará en frente. Si juega, experimentará una sensación difícil de describir.
“Será raro y bonito a la vez”, admite Hervás, que a sus 24 años ya no es un chaval en promoción sino un futbolista que necesita tiempo y espacio para demostrar que lo que hizo en Córdoba no era casualidad. No se lo dieron Míchel ni Unai Emery en el Sevilla, donde apenas contó; tampoco le ofrece ahora un escenario más prometedor Quique Hernández en el Hércules: intervino con asiduidad en el arranque pero últimamente se ha caído del once. Lleva cuatro partidos seguidos mirando desde el banquillo cómo sus compañaros bracean por salir del fangal de la clasificación. No encuentran la fórmula. “Te metes en una dinámica negativa, nada te sale. El rival llega una o dos veces a portería y te cuelan un gol. Es difícil salir de una situación así”, confiesa el mediocentro cordobés, que en su día fue elegido Jugador Revelación de la Liga Adelante 11-12, encabezando un podio que completaban un compañero en el Córdoba, Borja García, y el delantero del Recre Javi Álamo. Todos cambiaron de aires después de aquella noche de gloria en la que recibieron un trofeo con tintes de malditismo. Hervás está otra vez en Segunda, Borja es colista con el filial del Real Madrid y Javi Álamo, después de una gravísima lesión, volvió la semana pasada a una convocatoria del Zaragoza diez meses después. El fútbol es así.
Javi Hervás vuelve a un Arcángel al que llegó casi de modo casual, cuando el club decidió deshacerse de jugadores con sueldos prohibitivos para echar mano de gente de la cantera. Hervás llegó desde Tercera y tuvo pie y medio fuera de la entidad en verano. Pero Paco Jémez se lo llevó a la pretemporada y le dio los galones de modo inmediato. El técnico del Zumbacón, ahora en el Rayo, quiso llevárselo para este curso pero la operación no cuajó. “Eso ya pasó, ahora hay que centrarse en el presente”, apunta. Ahora, en el Hércules, Hervás sigue curtiéndose del modo menos agradable. Sólo ha disputado un partido completo en este curso: en la cuarta jornada, en el Colombino, con derrota ante el Recre (2-0). Ha visto desde el banquillo siete de los doce partidos que lleva en Alicante. En los cuatro últimos no ha saltado al césped.
Haga lo que haga en El Arcángel, desde el banquillo o dentro del verde, la visión de la pelada testa del talentoso zurdo cordobés traerá al cordobesismo recuerdos de una época fantástica. Con Hervás llevando la batuta en el centro del campo y Paco Jémez en la banda, el equipo blanquiverde estuvo más cerca de la Primera División de lo que nunca estuvo en más de cuarenta años. Se podrá abrazar con pocos conocidos de aquel episodio que parece del Paleolítico, pero que sucedió hace año y pico. Empleados al margen, de su etapa sólo permanecen López Silva y Caballero. Ellos siguen metidos en la aventura de un Córdoba que busca, como quiere o puede, el camino de Primera. En cierto modo, tienen estabilidad. Para todos los demás, la vida ha cambiado de modo radical. Y Hervás, que un día fue el mejor, ha vuelto a la casilla de salida para comenzar de nuevo. Le quedan tres años más de contrato con el Sevilla y, seguro, no faltarán quienes fantaseen con verle de nuevo vestido de blanquiverde. ¿Será posible?
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