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El Córdoba sigue siendo el mismo

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Paco Merino

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Pasan los años, pasan los jugadores, pasan los entrenadores, los presidentes y hasta los dueños. El sello permanece. Al Córdoba le podrán cambiar todo lo quieran por fuera y lo podrán disfrazar de moderno, pero lo que lleva dentro no lo altera nada. El gen del sufrimiento va en la Unidad Productiva, aunque no aparezca en ninguna cláusula. Este Córdoba es el de siempre. Hubo gente nueva en el palco para ver modos eternos en el césped: el equipo se complicó la vida de mala manera y resolvió, a última hora, un partido convertido en problema. Uno de tantos.

Las victorias así saben mejor, dicen los que dicen que saben de esto. Quizá. El caso es que el Córdoba falló un penalti, jugó contra un rival en inferioridad numérica desde el cuarto de hora y que perdió a su delantero referente por lesión a los veinte minutos. Todo se le ponía de cara, pero la realidad le enseñó el trasero. El Atlético Sanluqueño, un conjunto muy bien trabajado por el exblanquiverde Abel Gómez desde el banquillo, pudo haberse llevado más premio de El Arcángel. Pero el Córdoba menos académico y más rabioso lo impidió en un tramo final enloquecido, en el que cualquier desenlace era posible. Al final el marcador sonrió a los de casa, que se llevaron lo que buscaban. Las formas son lo de menos.

No está el Córdoba ahora para problemas de identidad. Demasiado tiene con el turbio escenario en el que se desenvuelve, donde la urgencia está en cobrar sueldos atrasados, evitar una desbandada en el mercado invernal y, principalmente, agarrar puntos como sea para mantener desempolvada la etiqueta de aspirante a ascender a Segunda División. La ilusión se construye a ritmo de marcadores positivos. No hay más. Esto es un negocio de emociones, como bien saben todos aquellos que meten sus manos en él. Lo que hagan luego es otro asunto. Lo que pasó con los últimos dirigentes de la entidad ya se ha podido comprobar: fracaso y escarnio nacional. Ahora hay otros dueños, por lo que se puede decir que el Córdoba inició una nueva era. Lo hizo con tres puntos, así que todo salió genial.

En El Arcángel se suceden los episodios a cámara rápida. Siempre hay prisas para todo. Mientras la entidad sufre su enésima mutación -y la actual es seguramente la mayor de toda su historia-, Agné busca una estabilidad en el césped. El aragonés, otro que se subió al carro en marcha, quiere un equipo reconocible y eficiente, que exprima al máximo su talento y su oficio en una división que todos dicen que no le corresponde pero es en la que toca estar.

Ante el Atlético Sanluqueño no se mareó demasiado para componer el once. Metió directamente a Miguel De las Cuevas por mérito acumulado: el alicantino firmó en Don Benito una victoria por 0-1 que cortó una racha de nueve meses sin triunfos blanquiverdes en partidos oficiales fuera de casa. Los demás, los mismos. Con Javi Flores al mando y la clásica de consigna de proteger la meta de Becerra por encima de cualquier otra consideración.

Los de Abel Gómez asustaron a los cinco minutos con un centro de Edu Oriol al que estuvo a punto de llegar Antonio Jesús, pero desbarató Becerra. El Sanluqueño solamente había encajado cuatro goles en siete partidos fuera de su casa. Las razones de esa seguridad se comprobaron pronto: tocaban mucho la pelota, con apoyos cercanos y sin rifarla. No presionaban arriba. Esperaban en su campo y ahí sí atosigaban más. Lo que viene siendo un equipo bien armado, de los que minan al rival con su estilo monocorde.

A los diez minutos lanzó el Córdoba por primera vez. La dejó pasar Javi Flores y José Antonio González tocó con la zurda, pero el balón salió pegado a la cruceta.

A los 17 minutos, acción clave. De las Cuevas le metió el balón a Juanto Ortuño, que cuando enfilaba puerta fue derribado por detrás por Edu Oriol. Penalti y expulsión. Lanzó fatal el delantero yeclano y detuvo Ismael Gil. Con uno menos ya, el cuadro de Sanlúcar se quedó con nueve cuando Álex Gueijo se retiró cojeando hacia la banda. El veterano ariete fue sustituido por Darío Guti. Los contratiempos enardecieron al cuadro visitante, que pudo adelantarse en un trallazo lejano de Peli que rechazó el poste en el minuto 25. Fernando Quesada también sembró el pánico en el área local con una entrada que finalizó el balón estrellándose en el lateral de la red.

A pesar de su superioridad numérica, el Córdoba no era capaz de romper la maraña sanluqueña. Flotaban extrañas sensaciones en el ambiente hasta que apareció De las Cuevas. En el minuto 44, el alicantino exigió al meta Ismael Gil una estirada sensacional para desviar un latigazo que colocó el balón pegado al poste. Apenas unos segundos después, el extremo blanquiverde sí logró su propósito con un toque más suave a pase de Jesús Álvaro que hizo explotar a la grada. El 1-0 llegó justo antes de llegar al intermedio.

Agné metió en escena a Owusu tras el asueto y el ghanés salió con ganas de recuperar el terreno perdido en el sentido más literal: corrió como un poseso desde que ingresó en el verde. En la primera pelota que tocó se metió en el área y chocó contra todos. Poco después se quedó esperando el pase en una acción en la que Javi Flores se pasó de regates.

El Sanluqueño no solo no le perdió la cara al partido, sino que logró equilibrarlo en el marcador en una acción en la que Darío Guti aprovechó cierta pasividad de la retaguardia blanquiverde para batir con un disparo raso a un estático Becerra. Agné buscó más potencia de ataque con Sebas Moyano ante un Sanluqueño pertrechado con orden.

Javi Flores erró en un mano a mano con el meta sanluqueño cuando los zagueros locales se quedaron pinchados creyendo fuera de juego. La afición asistía atónita a un espectáculo inesperado. El Córdoba se lanzó a pecho descubierto al ataque, buscando el gol por insistencia en el tiro. Lo ensayó desde todas las posiciones. Subieron los centrales, se movieron los puntas... Y acabó marcando Djetei tras resolver con un forzado disparo una acción embarullada dentro del área gaditana. El suspiro de alivio en el estadio fue monumental.

El Sanluqueño no se rindió. La victoria moral ya la tenía agarrada desde hace mucho tiempo. Abel dio entrada a Dani Güiza, veterano campeón de Europa, para lanzar su último mensaje de valentía. Pero el cuadro visitante estaba ya reventado y el Córdoba, necesitado de gloria, apretó para reventar el marcdor de manera definitiva. Sebas Moyano, fresco, anotó el 3-1 y serenó un ambiente electrizado. Todo terminó con abrazos, cánticos y el anhelo compartido de un mañana mejor.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 3: Becerra; Fernández, Djetei, Fidel Escobar, Jesús Álvaro, José Antonio González (Sebas Moyano, 60'), Imanol García, Zelu (Xavi Molina, 86'), Javi Flores, De las Cuevas y Juanto Ortuño (Owusu, 46').

ATLÉTICO SANLUQUEÑO, 1: Ismael Gil, Navas, Luis Martínez (Dani Güiza, 83), Antonio Jesús (David Segura, 69'), Álex Cruz, Luis Madrigal, Mario Abenza, Peli, Nando Quesada, Edu Oriol y Álex Geijo (Darío Guti, 22').

ÁRBITRO: Cambronero González (Comité Castellano-Manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Djetei y Sebas Moyano y a los visitantes Álex Cruz, Güiza, Navas y Nando Quesada. Expulsó por doble amarilla a Peli (91').

GOLES: 1-0 (45') De las Cuevas.

1-1 (53') Darío Guti. 2-1 (82') Djetei. 3-1 (88') Sebas Moyano.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la decimosexta jornada del campeonato de Liga en el grupo IV de Segunda B, disputado en El Arcángel ante unos 8.000 espectadores.

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