‘No quiero ser mamá’, una novela gráfica sobre la presión asociada a la falta de instinto maternal
“Pensé en aquellas mujeres que no han querido ser madres. Ellas también debían verse representadas, aunque fuera en las librerías”. Así es como la ilustradora Irene Olmo decidió transformar su historia en viñetas. Licenciada en Bellas artes, ganadora de varios concursos nacionales de ilustración y fundadora, junto a su pareja, de su propia empresa de diseño, nunca pensó en la falta de instinto maternal como un problema. Para una joven emprendedora, enamorada del arte, las perspectivas vitales estuvieron siempre enfocadas en plasmar su mundo interior. Pero al empezar a convivir con madres primerizas de su edad, surgieron los reproches de amigos y familiares.
“Tú para cuando”; “Se te va a pasar el arroz”; “ya lo entenderás cuando tengas hijos”, han sido frases recurrentes desde que Irene Olmo anunció su decisión.
“Hasta que no eres madre no te toman realmente en serio, no te consideran lo suficientemente madura”, comenta la artista, y añade: “Sé que las actitudes por parte de mi familia y de las madres que conozco no son malintencionadas, pero entre ellas no puedes evitar sentirte como si no hubieras terminado de madurar, como si siguieras siendo una niña”. Esa sensación, explica Olmo, se acentúa con la consciencia de dedicarse a una profesión a la que no siempre se toma en serio.
No quiero ser mamá (Editorial bang) es el reflejo de esas situaciones, de las cuestiones derivadas que se plantean, entre ellas, como resalta la autora,
“¿Por qué no puedo opinar sobre la maternidad sin ser madre?”, “¿Por qué la decisión de la maternidad excluye a mi pareja?”, “¿Por qué a los hombres no les afecta del mismo modo este estereotipo?”, “¿Si no quiero ser madre, significa que odio a los niños?”, “¿No tener hijos es una decisión de egoísmo o más bien de responsabilidad?”.
Son preguntas enfocadas a poner de manifiesto el hecho de que la maternidad está más impregnada de concepciones sociales y construcciones culturales de lo que, a primera vista, se plantea habitualmente. Porque, como añade Olmo, “Por no tener hijos no eres menos mujer y ni mucho menos estás tarada.”
Pero nacer siendo mujer implica aún la presión innata por engendrar, por darle un sentido al vientre en base a una especie de predestinación, y son precisamente los trabajos como esta novela gráfica los que pretenden ampliar el abanico de posibilidades. “La maternidad debería ser una opción libre, no impuesta. Hay que decirlo en voz alta, no pasa nada por no querer ser madre”, explica la artista.
Ilustradoras feministas
Siguiendo la estela de la sensibilidad femenina de María Hesse, la irreverencia sencilla de Flavita Banana o la actitud polémica de Barbijaputa, Irene Olmo ha decidido dotar a las ilustraciones de esta obra de una naturalidad intencionada, de una capa de ironía. “Me gustan las ilustradoras que son polémicas”, explica la artista, “Actualmente vivimos en una sociedad descafeinada, nos escandalizamos demasiado pronto. Pensé en autocensurarme en el momento de dibujar a una de los personajes desnuda, pero por qué habría de hacerlo. Por qué tapar la naturalidad”, concluye Olmo.
Al acudir a las lecturas de investigadoras feministas para elaborar su obra, ella misma se ha sorprendido al encontrar en las reflexiones de Elisabeth Badinter, Corinne Maier y Simone de Beauvoir problemáticas del feminismo de los años sesenta que aún hoy están sin resolver. No quiero ser mamá, abrirá otra vía de reflexión hasta ellas cuando se presente en Crash Cómics el 13 de Marzo a las 19:30 horas. A partir de entonces seguirá su andadura por toda España hasta su presentación, el 15 de marzo, en Francia.
Así, como refleja Irene Olmo en su obra: “Otras mujeres bichos raro verán que no están solas”.
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