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Eva Riquelme: “Mi voz es tan marciana que no me aguanto”

Eva en su jardín | selfie

Marta Jiménez

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Eva es la cantante de Corazones Estrangulados. Su voz grave y andrógina la delata nada más abrir la boca. Una mujer de cardado, rabillo y botas que posee varios universos paralelos al del rock: el dibujo, la escultura y el ser madre de una prole.

20 años después de la ruptura, la banda decidió retomarlo el año pasado con un concierto en Palazzio en el que midieron sus fuerzas y las de su público con resultado notable. Su sueño seguía siendo el Festival de la Guitarra y lo alcanzarán el miércoles inaugurando esta edición en La Axerquía junto a El Hombre Gancho (12 € anticipada y en taquilla).

P. El Festival de la guitarra ¿son palabras mayores?

R. Absolutamente, siempre he pensado que Córdoba se viste de etiqueta con este Festival de proyección internacional y al que no he dejado de asistir, aún cuando andaba por Italia y sí, ver el nombre de “Corazones” en el cartel hace que entre un buen temblor de piernas y el corazón suba de revoluciones!

P. Córdoba parece que no olvida, al menos a Corazones...

R. Córdoba es profunda, se hace la indiferente y sientes sus brazos invisibles que te envuelven, cuando menos lo esperas, te sorprende con preciosos aromas y con su amor incondicional.

P. ¿Confiabas en que te verías de nuevo al frente de la banda?

R. Siempre he pensado la vida se adapta a tus esquemas mentales, es más, se va proyectando a través de ellos, siempre he creído en la magia de la vida por encima de todo, y en que cualquier cosa es posible, de esa manera he dejado que la vida me sorprenda y por ello no me sorprende el hecho de que haya sucedido algo así.

P. Hace un año y medio os volvisteis a reencontrar con vuestro público 25 años después ¿Qué sensación te dejó aquel primer concierto en Córdoba en abril de 2014?

R. La sensación desde un punto puramente emocional fue la de un abrazo intenso entre nosotros y toda aquella gente que asistió, fue casi un dueto continuo entre nosotros y ellos, cantamos el concierto integro, recordaban cada una de las canciones, sabiendo además que varios cientos se habían quedado fuera por falta de aforo,. Sorprendente y emocionante de verdad.

P. ¿Será muy distinto a aquel el concierto de La Axerquía?

R. La Axerquía tiene su propia alma, el concierto del próximo 1 de Julio lo haremos entre todos, público y grupo, así de sencillo, se unirán todas nuestras vibraciones y eso será lo que nos llevaremos. Contaremos esos sí con Pedro Navajas, el nuevo teclista del grupo, que contribuirá con una vibración alta para el grupo y algunos temas nuevos.

P. ¿Sonarán canciones tuyas inéditas en el concierto del próximo miércoles?

R. Sí, tocaremos tres temas nuevos, uno de Yonka, Pom Pom, que me envió cuando vivía aun en Milán y me cautivó en cuanto lo escuché y dos míos Amor terrenal y La noche callada.

P. ¿Cómo es posible que las canciones de Corazones no hayan envejecido?

R. Corazones desde mi punto de vista tiene un estilo suyo, durante el tiempo que yo estuve fue algo que tuvo mucha importancia para mí, el no dejarnos arrastrar en lo esencial, por las corrientes musicales del momento. Personalmente, creo que ése es el secreto. Estamos viviendo grandes cambios, en este momento hay que mirar mucho hacia adentro de cada uno si queremos que el cambio sea de verdad. Todo aquello que se diga desde el corazón va a durar más, lo que se haga solo desde la fachada caerá con mucha facilidad.

P. ¿Eres la cantante con la voz más poderosamente marciana que has conocido?

R. Cantar ha sido siempre la válvula de escape en tantos momentos difíciles de mi vida, a veces fue la única fuerza que tuve. Agradezco poder expresarme a través de la voz, eso sí, tan marciana que no me aguanto, no puedo escucharme, lo justo.

P. ¿Por qué rompió corazones en 1994 justo cuando surfeabais en la ola del éxito?

R. Ese tipo de éxito es algo muy relativo para mí. En aquellos momentos el tipo de composiciones y de arreglos iba por caminos muy divergentes al concepto que yo tenía y al modo que yo buscaba de expresarme, por lo que no tuve más opción que salir del proyecto. No me interesaba el éxito cantando algo que no me llenaba. Hoy te lo digo aun más convencida. El éxito para mí es poder avanzar dentro de mí en todo ese mundo interno que no se ve, que no sale en las noticias, la auténtica realidad para mí.

P. ¿Fue el grunge lo que os separó?

R. No tengo nada en contra de ningún estilo, cada uno es muy libre de expresarse como mejor le parezca, pero pongo mucha atención en las etiquetas que le pongo a lo que hago, ya que pienso que tienen mucha más trascendencia de lo que imaginamos. El termino grunge, del slang americano “sucio”, no me interesa, prefiero la luz.

P. ¿De pequeña soñabas con una banda de rock o con enormes esculturas?

R. La pintura y el dibujo han formado siempre parte de mi realidad. La escultura no es más que un dibujo que gira, es como traer uno de esos dibujos a este mundo tridimensional, por lo que resulta un proceso muy interesante. La música igual. Canto desde muy pequeña. Era una forma de sentirme libre y de echar fuera todo lo que no era capaz de decir hablando: rabia, dolor... también felicidad. Me escapaba a cantar a la radio Ortoprono todos los sábados en Castellón, a cambio de un juguete, hasta que me pillaron. Cantaba por los pasillos, mi hermano gritaba:“Mamáááá, dile a ésa que se calle!”. Luego una adolescencia enclaustrada en la habitación cantando con la guitarra. Para mí era todo ello, música , dibujo... demasiado bonito para poder ser un trabajo. Pero sí, lo soñé, por eso hoy es real. Soy autodidacta y todo eso es un regalo para mí.

P. Eres la autora de un monumento a tamaño natural al “casco azul” por su misión humanitaria en Bosnia, ahora expuesto en el Cerro Muriano ¿Cómo surgió el encargo?

R. Es una historia larga. Cuando salí del grupo hice una Escuela de restauración en la Merced donde aprendí muchísimo. Fue un regalito del universo, como estar en aquellos antiguos talleres italianos tocando todo tipo de realidades artísticas. En cierto momento surgió la cuestión de hacer este monumento que Diputación regalaría a la brigada de Cerro Muriano por su labor en Bosnia (cascos azules). Debía realizarla Paco Camacho, un escultor Premio Nacional de Escultura, al que mando un abrazo desde aquí, ya que nos dejó hace algún tiempo. Hubo ciertas discrepancias entre director y escultor y Eduardo Coronas, director por aquel entonces de aquella escuela, tuvo la osadía de que la hiciera yo, una simple alumna. Había visto un busto que le hice a Camacho y le había gustado. Camacho me dio su bendición y así la hice. A partir de que la foto saliera en el periódico me llamaron para trabajar como escultora y así empezó todo.

P. Y tiempo después, ganaste un concurso internacional para realizar una escultura de 5,5 metros de altura del Papa Juan Pablo II, que está expuesta en Toronto (Canadá) ¿Te has ganado una parcela en el cielo?

R. Para ganarte la parcela hay que hacer mucho más que una figura para el Papa. Hice otra de él para Chicago, pero me temo que ni aun así. Tendré que trabajar mucho, pero en ello estamos.

P. De hecho, fuiste recibida en audiencia en el Vaticano por Wojtyla en 2002. ¿Le gustó al Papa la escultura?

R. Dijo que lo había sacado más guapo de lo que era. De hecho, el boceto de 50 centímetros en bronce que le llevamos, quiso que se quedara en la sala Clementina. Ratzinger lo dejó también allí, decía que su amigo hubiera querido que se quedara en aquel lugar. No sé si el Papa Francisco lo habrá cambiado.

P. Llegan a saber en el ejército y en la iglesia que eras rockera ¿y otro gallo hubiera cantado?

R. Eso seguro, no me gustan la etiquetas, pero mi pelo cardado no me lo quita nadie. Cuando empiezas a cardarte en la adolescencia te entierran con un bote de laca. Las dos facetas las he llevado siempre por separado, a Dios lo que es de Dios y al César... ya se sabe. Por la cuenta que me traía. ¡Que tengo cuatro churumbeles!

P. Rockera, escultora y heroica madre de una prole (de entre 8 y 13 años) ¿Irán a ver a la banda de mamá a La Axerquía?

R. Seguro, pero si forman demasiado follón, atadlos, tenéis mi permiso.

P. ¿Os proponéis conquistar a las nuevas generaciones?

R. Donde está lo viejo está lo nuevo y viceversa, aquí estamos.

P. ¿Qué te estrangula a ti el corazón?

R. La falta de conciencia, ver a mucha gente dormida y completamente ajena a su propio poder para cambiar las cosas, culpabilizando a los demás de sus propias tristezas y sin mirarse ni el ombligo. Podemos cambiar la Historia, hay que perder el miedo, hay que pensar y comunicarnos, tocarnos. He tenido el corazón estrangulado, ahora no, y no creo que vuelva a pasar. Por ello, yo pasaría directamente a llamarnos “Corazones”. ¡Arriba esos corazones!

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