Soy ingeniero agrónomo y sociólogo. Me gusta la literatura y la astronomía, y construyo relojes de sol. Disfruto contemplando el cielo nocturno, pero procuro tener siempre los pies en la tierra. He sido investigador del IESA-CSIC hasta mi jubilación. En mi blog, analizaré la sociedad de nuestro tiempo, mediante ensayos y tribunas de opinión. También publicaré relatos de ficción para iluminar aquellos aspectos de la realidad que las ciencias sociales no permiten captar.
Soy ingeniero agrónomo y sociólogo. Me gusta la literatura y la astronomía, y construyo relojes de sol. Disfruto contemplando el cielo nocturno, pero procuro tener siempre los pies en la tierra. He sido investigador del IESA-CSIC hasta mi jubilación. En mi blog, analizaré la sociedad de nuestro tiempo, mediante ensayos y tribunas de opinión. También publicaré relatos de ficción para iluminar aquellos aspectos de la realidad que las ciencias sociales no permiten captar.
Aún con el eco del día de San Isidro, que los agrónomos celebramos el 15 de mayo como nuestro patrón y la gente del campo festeja en muchos pueblos rurales, me permito comentar la novela de Pablo Santiago Chiquero “Cervantes para cabras y Marx para ovejas” (editorial Maclein y Parker, 2021). Me la regaló un amigo, asiduo miembro de un club de lectura al que me insiste que vaya, pero a lo que me resisto, pues no soy muy dado a leer bajo la presión del calendario.
El libro, de título sorprendente, es inclasificable, pues más que una novela, es una fábula. Y, como ocurre en toda fabulación, hay fantasía desbordante, figuras y mitos que no son reales (pero que lo parecen), lecciones morales (moralejas) sobre el amor, la vida, el honor, la dignidad, la cooperación, la solidaridad… y hay también humor. Es por ello una fábula muy cervantina, escrita por el autor (cordobés de Valenzuela) con un estilo ameno y brillante, y titulando los distintos capítulos al modo como Cervantes titula los de su obra magna sobre el ingenioso hidalgo de la Mancha.
Trata del valor de la lectura como terapia, como remedio de salvación, y lo hace a través de una historia surrealista, rayana en el realismo mágico, que el autor consigue hacerla creíble. Narra la historia de Mateo, un joven inteligente y despabilado de Abra, pueblo imaginario del interior rural de la provincia de Córdoba. Obligado, tras la muerte de su padre, a abandonar los estudios y dedicarse a pastorear el rebaño de cabras y ovejas de la familia, Mateo decide un día encamarse, falto de aliciente y estímulo para seguir viviendo en un pueblo tan anodino y monótono como el suyo.
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