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Miguel Reina

Alberto Almansa

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El 15 de octubre de 1969, el futbolista Miguel Reina iba de estreno. Lució, por primera vez, la camiseta titular en la Selección Española en un partido que el equipo saldó con una goleada de seis a cero sobre Finlandia. Se jugó el encuentro en el estadio municipal “José Antonio” de la Línea de la Concepción, que ese día fue inaugurado para mayor gloria de la Dictadura y envidia de los gibraltareños. Aquel año, el Régimen ordenaba el cierre a cal y canto de la Verja con el Peñón.

Reina, ya era indiscutible en el  Barcelona y sus “hazañas” le convirtieron, junto al Cordobés, en un mito para todos sus paisanos locales. Un héroe que compaginó en su adolescencia el trabajo de pinche en el Hotel Palace junto a su padre, y sus dotes para detener balones, con un estilo “moderno e innovador”, como rezaban las crónicas de la época.

El guardameta 44 años después de aquel debut defendiendo los colores de su país, empaña su brillante biografía resolviendo el despido de 20 trabajadores del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba. Con un semblante adusto, leyó la sentencia al paro de estas víctimas del capitalismo salvaje que padecemos, del que el PP es ahora su mejor gestor.

Le escribieron el discurso,tirando balones fuera, achacando la  desgraciada medida a los anteriores gobiernos municipales. Los de Rosa Aguilar y José Mellado. Pormenorizó las privatizaciones que la izquierda hizo de los recursos deportivos locales y se dejó meter el penalti que el capitán del equipo, José Antonio Nieto, disparó contra su propio discurso: “la lucha contra el paro será mi único objetivo al frente de la alcaldía”.

Reina que tuvo el honor, hasta hace dos años, de mantener 824 minutos la portería del Barça imbatible en una racha continua, ha disputado en este aniversario de su titularidad en la Selección,  su peor partido no defendiendo estos otros colores que tienen nombres y apellidos, hijos y proyectos de vida.

La afición le silba desde el graderío su voto de “calidad”, devaluada en la instrucción de su mister,  que se esconde en su segundo Torrico, y sólo aparece en las foto sonrisa que le enseñó su predecesora en el cargo. José Antonio Nieto, no es Kubala, ni Torrico, Bellido o  Navas son Gento, Pirri o Amancio, con los que Reina saboreó la gloria en el césped.

La selección en la que ahora juega, está  perdiendo los principales partidos en esta liga de segunda división que están disputando. Una plantilla que está encajando demasiados goles en contra de los intereses ciudadanos. Un público que está abandonando el campo antes del final del encuentro. Lo peor, con todo, es que no hay banquillo.

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