Soy Rafael López, padre de la menor que esta semana chocó su microcar con un autobús de Aucorsa, a quien dirijo mis palabras. Los padres no paramos de hablar de la velocidad que llevan los autobuses en la avenida de El Brillante, tanto para arriba como para abajo, sabiendo que en medio de la avenida hay un colegio. Sabiendo que a las 8:00 y a partir de las 14:00, y hasta las 15:00, se produce la salida de niños.
Desgraciadamente, el pasado lunes día 31 de maro sobre la 14:40, el coche que tuvo el accidente con el autobús de Aucorsa era el de mi hija. Y menos mal que fue contra un coche, aunque sea un microcar No podría ni pensar si hubiese sido contra un ciclomotor o un monopatín, que también son frecuentes a esa hora.
Esta avenida tiene mucho tránsito de vehículos de todo tipo. No me cabe en mi cabeza cómo se produjo el desplazamiento del coche durante 22 metros, teniendo en cuenta que si a cualquier vehículo le sueltas el pedal del acelerador, y más si vas para arriba, disminuye la velocidad casi a cero. Hay que recordar que los autobuses son vehículos la tracción automática. Si hubiera sido un ciclomotor o un monopatín, qué hubiera pasado.
Por ello, me dirijo a la dirección de Aucorsa. Yo personalmente estuve en el accidente cuando los servicios sanitarios del 061 excarcelaron a la niña del coche. El personal de Aucorsa que se personó en el lugar fue para atender a la conductora que conducía el autobús. En ningún momento les oí preguntar por el estado de la niña. Ni a mí ni a los servicios del 061. Ni un ápice de humanidad.
Es de muy poca vergüenza que mi hija haya estado dos días en la Unidad de Cuidados Intensivos y no se haya presentado nadie de Aucorsa ni nadie haya llamado para preguntar por su estado. Hoy ya estamos en casa. Ella tiene una fractura de pelvis, contusiones en la cabeza y algún punto de sutura, pese al impacto recibido, gracias a dios.
Ahora toca reposo e intentar que la niña pierda el miedo que tiene. Para eso están sus padres.
Por otro lado, sí quisiera dar las gracias a los servicios sanitarios del 061 y a los médicos de urgencias, entre los que se incluyen traumatólogos, neurocirujanos, ATS, enfermeros y auxiliares, por la gran profesionalidad y amabilidad recibidas. Gracias, además, de parte de mi hija.
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