Memoria visual de los primeros turistas que viajaron a Córdoba
Hubo un tiempo en que los viajeros no sacaban fotos, sino que las compraban. Eran los años, a finales del siglo XIX, en que empezaban a desarrollarse dos florecientes industrias que terminarían de estallar con el cambio de centuria: por un lado, el negocio del turismo y por otro, el de la imagen. En Andalucía, una familia con visión empresarial supo aprovecharse de ambas. Eran los hermanos Garzón, que levantaron en un emporio fotográfico parte de cuyos archivos de negativos terminaron olvidados en Córdoba. Hasta que el Ayuntamiento de la capital se hizo con ellos. Con ese material, el Archivo Municipal ha organizado una exposición y ha publicado un completo catálogo en papel y on line que se ha inaugurado este jueves bajo el nombre de Los Garzón, Kalifas de la fotografía cordobesa.
La exposición recoge una selección de imágenes tanto de escenas callejeras de las ciudades en las que trabajó la familia -Córdoba, Granada, Sevilla, Málaga, Cádiz, Algeciras o Tánger- como retratos en escenarios naturales del calibre de la Mezquita o la Alhambra. También incluye recreaciones de los mismos en los propios estudios de la familia.
“La idea de crear decorados la tuvieron en Granada, después de que se prohibiese sacar fotos a los viajeros en el Patio de los Leones. Entonces, decidieron montar el suyo propio y vestir a los turistas como si fuesen personajes de la época. Eso mismo repetirían en Córdoba o Sevilla con los monumentos más representativos de cada lugar”, explica el comisario de la muestra, el fotógrafo del Diario Córdoba A.J. González
Junto con la directora del archivo, Ana Verdú, el experto ha recordado la enorme y feliz sorpresa que supuso saber que en Córdoba se encontraba este rico legado de recuerdos olvidados. “Hallamos un millar de imágenes, 900 en forma de negativo y 100 ampliaciones. Son muy raras las colecciones parecidas que se encuentren de dicho periodo”, señala Verdú.
El hallazgo de los negativos permitió a los expertos e investigadores estudiar a fondo el momento y fijar la mayoría de las instantáneas en el año 1896. De forma detectivesca y gracias a la digitalización se percataron de la presencia de algunos carteles que hay en las imágenes y que hacen referencia a una obra de teatro que se representó en Córdoba ese año.
La tipología de las imágenes resume el negocio de la familia. Por un lado, las escenas de calles y plazas pintorescas, como la del Potro, la iglesia de San Lorenzo o la Mezquita de Córdoba. Por otro lado, los retratos de grupo que se sacaban aquellos primeros turistas como si fuesen viajeros del tiempo a los palacios de Abderramán III.
Se trata de una oportunidad única para acercarse a un brillante fotógrafo que retrató la Andalucía de entresiglos y tuvo galerías en Granada, Sevilla y Córdoba, donde instaló su estudio en la plaza del Triunfo 127, conocido como Casa del Kalifa. La muestra se exhibe en el Patio del Archivo y con horario especial mientras se desarrolla en el Concurso y el Festival de los Patios Cordobeses, fiesta declarada de la Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. En esta línea, la directora Ana Verdú ha elogiado que “la Casa de la Memoria, que es el Archivo, se llene también de las flores de la memoria que son las fotografías, en este caso flores y en blanco negro que retratan la ciudad de Córdoba de entresiglos”.
La exhibición cuenta con casi un centenar de fotografías, en su inmensa mayoría de Córdoba, realizadas entre 1896 y 1920. Una selección de imágenes documentales que nos muestran como era la ciudad de Córdoba y los cordobeses de finales del siglo XIX. El grueso de las fotografías son copias modernas obtenidas de los negativos originales, pero también se exponen copias de época, postales, cámaras y otros accesorios del fotógrafo. Se ha editado un completo catálogo de 220 páginas que estudia la obra y vida del fotógrafo e incluye más de 250 imágenes. Este se podrá descargar de manera gratuita en su versión online en la web del Archivo Municipal.
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