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El 'hospital' de las especies amenazadas de Córdoba recibe a más de 630 pacientes este año

Cárabos en el CREA de Los Villares | ÁLEX GALLEGOS

Carmen Reina

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Cada día, el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Los Villares recibe al menos dos animales salvajes heridos en la provincia de Córdoba que necesitan de su ayuda para poder volver al hábitat natural. En lo que llevamos de año, ya son 634 los animales que han llegado hasta esta especie de hospital donde se recuperan los animales que viven en libertad en la provincia de Córdoba.

El CREA recibe, en su mayoría, aves lesionadas -un 92% del total de animales que han llegado en este año-, pero también maníferos (5%) y reptiles, explica a Cordópolis Marisa Fernández Rodríguez, veterinaria del centro. ¿Y qué causas les llevan hasta allí? Pues “muchos traumatismos por diferentes causas: colisiones con edificios, atropellos de coches, enganches con alambradas de espino...o a veces no podemos saber la causa cuando lo encontramos”. También llegan al centro muchos pollos en primavera y verano, aves que se han caído del nido y que solo necesitan de alimentación y fortalecemiento para que aprendan a volar y volver a la naturaleza en libertad.

Otros, en cambio, son animales que ingresan en el CREA con algún disparo, “en especies amenazadas sobre las que no está permitida la caza”, denuncia la experta.

Habitualmente, son los agentes de Medio Ambiente quienes hallan a los animales y los llevan al CREA, pero también llegan allí especies encontradas por la policía local de los municipios cordobeses, el Seprona de la Guardia Civil o personas particulares.

Águilas imperiales, buitres negor o leonados, todo tipo de rapaces, cigüeñas y vencejos, son algunas de las especies que debe tratar este centro especializado. Allí se les hace una primera identificación y exploración, además de las pruebas necesarias, para definir un diagnóstico y poner el tratamiento oportuno o, incluso, realizar alguna intervención quirúrgica.

Con ello, se tratan de recuperar de sus lesiones, pero luegollega una parte igual de importante: la rehabilitación para que sean capaces de volver al hábitat natural y desenvolverse por sí solos. “Cuando el animal deja de volar un tiempo, pierde mucha masa muscular y hay que reahabilitarlo para que pueda hacerlo”. Junto a ello, los especialistas deben valorar si el animal puede alimentarse por sí solo en la naturaleza y, para ello, “se le da presa viva para ejercitarlos en la caza o bien se le ofrece grano”.

Tras esa fase, que puede alargarse según la gravedad de las lesiones y el tiempo necesario de recuperación, se procede a la suelta en el medio natural. Es el logro final por el que se trabaja durante mucho tiempo en el centro.

Pero en el CREA también se lleva a cabo una labor de control sobre posibles enfermedades de animales en el medio natural. “Se hace una vigilancia epidemiológica”, explica Marisa Fernández Rodríguez, que sirve, por ejemplo, para detectar “enfermedades emergentes”, como la denominada del Virus del Nilo, que transmiten los mosquitos y que puede infectar a los animales.

Además, el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas trabaja con programas de conservación de animales como el lince ibérico y, ahora, por ejemplo, cuenta con dos ejemplares en su centro en proceso de recuperación, después de haber sido hallados con distintas lesiones. En el horizonte, también está su recuperación y que, como animales salvajes que son, puedan volver a la naturaleza.

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