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Carmen Reina

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El 13 de marzo de 2020, en lo que ahora ya parece la prehistoria de la pandemia de la Covid19, se echaba el cierre a los centros de mayores municipales de Córdoba. Este lunes, catorce meses después, algunos de ellos han vuelto a abrir las puertas que quedaron cerradas a cal y canto desde entonces y, con ello, han recobrado la vida, las miradas y los ojos iluminados de quienes, siendo la población de mayor riesgo frente al coronavirus, le hicieron frente y hoy, vacunados ya, anhelaban reencontrarse.

Desde las 9:00, puntuales a su cita como si no hubiera pasado más de un año y lo peor de la pandemia, los mayores del distrito Sur de Córdoba comenzaban a entrar en el centro municipal Osario-Romano. Toma de temperatura, gel hidroalcohólico y mascarilla mediante, la vida se volvía a abrir paso puertas adentro del centro, donde el sonido de los saludos y las conversaciones iban llenando las estancias, vacías todo este tiempo.

“Nosotras venimos todos los días a desayunar”, contaban como si no hubiera pasado este gran paréntesis de tiempo Teresa (63 años), María del Carmen (66) y María Luisa (74), ávidas de volver a reencontrarse con la rutina que comparten. “Y luego venimos y hacemos manualidades”, explicaban a este periódico antes de salir a la calle de nuevo, a los recados matutinos.

El tintineo de tazas y cucharillas del desayuno provenía de la planta de arriba de este centro municipal, donde hay cerca de 1.700 socios usuarios y que, como el resto de los espacios para mayores dependientes del Ayuntamiento, se autogestionan desde la junta directiva que conforman los propios mayores. Desde primera hora, Antonio Machín, el presidente de la de Osario-Romano, no daba abasto de recibir a los usuarios del centro, de despejar dudas, de contestar consultas sobre cómo se retoma la vida de nuevo en este espacio comunitario.

Con 74 años y ocho al frente del centro de mayores, ya tiene listo el primer taller que va a iniciar su recorrido en el centro de mayores post-pandemia: “Empezaremos con las actividades de memoria y autoestima”, explica, mientras recorre los pasillos del edificio, saludando a unos y otros, siempre por su nombre. En el recuerdo, dice, los meses más difíciles, los mayores del barrio que han sufrido Covid y, en la memoria, algunos de los vecinos que han fallecido en este tiempo.

“Aquí tenemos lo que no tenemos en casa”

Con las ventanas abiertas para que la ventilación necesaria inunde el centro, María (81 años), Francisco (73), Fernando (70) y Antonia (86) -miembros todos ellos de la junta directiva-, cuentan la necesidad de volver a reencontrarse: “Aquí tenemos lo que no tenemos en casa”, dice María: “Nos quita la monotonía, nos sirve de ambiente”, relata. Les da la vida.

“Y, además, nosotros tenemos que dar ejemplo”, advierten, sobre su papel como junta difrectiva para llevar a rajatabla las medidas de prevención. La vacuna, desde luego, ayuda a estar “más tranquilos”.

Y es que casi todos ellos están vacunados con la pauta completa, a alguno le queda la segunda dosis, y justamente hay quien esta mañana sale del centro de mayores para ir a que se la pongan.

Cuidado de los huertos

En la parte trasera del centro, en un espacio al aire libre con las parras haciendo sombra, otro grupo de mayores conversa mientras ve los huertos que allí tienen plantados. Agustín (84 años), señala las plantas que ya apuntan las hortalizas para el verano y explica que, durante el estado de alarma y el cierre del centro, también tuvo que venir a cuidar. “Tuve esa suerte. Y la de seguir moviéndome”.

Mientras, el murmullo de mayores entrando y saliendo del edificio no para. Lo mismo ha ocurrido en el resto de los nueve centros de mayores abiertos este lunes y, especialmente, en otros que también lo han hecho por primera vez desde hace catorce meses, como el ubicado en el barrio de Ciudad Jardín.

Allí, Antonio Arjona (79 años), preside la junta directiva y desde temprano volvía a mostrar sus galones para que todo fuera bien en la jornada de reestreno del centro. Y la ilusión se le notaba hasta en la conversación.

A falta de Feria, adornos en el centro de mayores

Explica que las primeras actividades que se retomarán ya tienen fecha en el calendario -“el taller de memoria y autoestima y el de croché”, señala para el 31 de mayo y el 1 de junio, respectivamente. Aunque ya desde hoy el dominó y la charla han dado el pistoletazo de salida a esta nueva etapa.

Y esta misma semana, además, celebrarán las asambleas para organizar la vuelta al centro de mayores entre todos los usuarios, siguiendo las directrices de aforos limitados y el resto de medias preventivas, que ya se han vuelto parte de la rutina diaria y no les impide volver a disfrutar de su espacio.

El reencuentro entre ellos se produce, justamente, en la semana en que Córdoba debería estar viviendo su Feria y los mayores de estos centros, disfrutarían de su día especial en el recinto de El Arenal. Por eso, hoy, en su lugar, macetas con flores y plantas engalanan el centro de mayores, adornado con las manos de sus usuarios, para celebrar que la vida ha vuelto y que nada puede con ellos.

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