Salvo excepciones, la tendencia de las elecciones en España (y en el mundo) es a que cada convocatoria genera una abstención más alta. Italia, que es vanguardia política en Europa y también en el mundo, ya está padeciendo una histórica abstención. En 2022, más de la mitad del censo de algunas regiones del sur se quedó en su casa, en una desconexión total entre los ciudadanos y la política.
Italia fue, además, uno de los países con la participación en las elecciones más altas del mundo. En los años sesenta llegaba a participar el 90% del censo. Pero Tangentopoli lo cambió todo. Aquello generó Berlusconi y después Meloni.
La abstención, cuando crece, suele crear monstruos. Y estos son muy difíciles de manejar una vez que llegan al poder.
En estos años, la de político es la profesión más denostada en todas las encuestas. Después va la de periodista. Y me temo que pronto la de juez. En los tres casos es algo que se está logrando por méritos propios.
En democracia no todo debería valer para ganar. Por que al final, como todo en la vida, es pan para hoy y hambre para mañana. O se recupera la confianza de los ciudadanos o la abstención del futuro puede ser algo más que un problema. Y ya sabemos qué es lo que viene después.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
0