Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Acoso
El alcalde de Belalcázar ha tardado apenas unas horas en renunciar a su cargo después de que el diario ABC desvelase los mensajes que le envió a una subalterna con un tono claramente obsceno. La contundencia de los mensajes, muy soeces, era de tal calibre que el PSOE le exigió al regidor su renuncia. La noticia se publicó poco antes de las 14:00 de este viernes. Su dimisión se comunicó sobre las 19:00.
Estoy bastante seguro de que el alcalde socialista de Belalcázar no es el único alto cargo político (o empresarial) que ha actuado de esta manera. También lo ha hecho el alcalde del PP en Algeciras, lo que demuestra que estas actitudes son estructurales y forman parte de una mala educación, o de un comportamiento que suele repetir un patrón: hombre con poder se cree impune para intentar, o conseguir, a la mujer que le parezca, especialmente si es su subordinada.
El chorreo de casos que estamos conociendo en las últimas semanas, después de lo de Paco Salazar, amenaza con implosionar al PSOE, un partido al que se le presupone que no va a acoger a este tipo de gente. Pero que ahora mismo tiene a un antiguo secretario de Organización en la cárcel, aunque no por el consumo de mujeres como objetos sexuales sino por robar (presuntamente). Que a veces todo va en el mismo paquete.
Pero está bien que pasen estas cosas. Estas actitudes, ese baboseo, manoseo. Ese ejercer el poder de la peor manera, ese considerar que tus subordinados te pertenecen, es algo que ha pasado, y que pasa, bastante. Pero gracias a ese chorreo de denuncias que han habilitado los partidos, gracias a la conciencia que han adquirido muchas mujeres, es algo que por fin se penaliza. Ningún acosador puede ser presidente de una Diputación, alcalde o concejal. Pero tampoco jefe de una empresa, de un departamento o una universidad.
La gran prueba de que esto es estructural es la impunidad con la que hasta ahora se han movido estos acosadores, que han dejado una huella indeleble en forma de mensajes de texto. Los escritos del alcalde de Belalcázar son de una dimensión tan soez que provocan una inmediata repulsa y que dan asco. Leerlos ruboriza. No me quiero ni imaginar cómo le impactaba a la mujer que los recibía.
El acoso, sexual y laboral, es algo transversal que expone lo peor de los jefes y que demuestra que no sirven para el cargo que ejercen. Un gran poder siempre conlleva una gran responsabilidad. Y hasta que no erradiquemos esas actitudes no tendremos una sociedad sana.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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