Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Dulce teoría del caos

Tras el ladrillazo de 2008 y durante años nos hartamos de leer y escuchar aquello de que la crisis, en el fondo, es una oportunidad. De que si te las apañas puedes sacar incluso rédito. Nos decían algo que no es verdad: que en griego o en chino, dependiendo del interlocutor, la palabra crisis significa eso, oportunidad. Supongo que es la manera de intentar tranquilizar a las masas enfurecidas cuando todo va mal de verdad.
2025 está siendo claramente el año del caos. Cada vez tengo más clara la teoría de Roger Senserrich, un politólogo que vive en Estados Unidos, de que Donald Trump es quien dice ser siempre, que no tiene más planes que los de ganar dinero engañando a todo el mundo y que está rodeado de estúpidos e inútiles. En ese caos generado hay gente ganando mucho dinero, a costa de que el mundo se desmorone ante sus ojos.
En Sapiens, Harari cuenta que una de las virtudes de la humanidad para prosperar es haber sido capaces de cooperar los unos con los otros, hasta para hacerse la guerra. Sin esa cooperación, sin esa colectivización de esfuerzos, habría sido imposible la conquista del Planeta. Pero también hay otros factores que mueven el péndulo de la historia al lado contrario: la estupidez. La historia está repleta de ideas geniales que salieron mal. La evolución no es lineal, sino más bien una especie de caos de idas y venidas en la que no siempre los planes salen bien.
La democracia, aunque sea el menos malo de todos los sistemas políticos, también alumbra monstruos. Trump es uno de ellos, en un país que se empeña en desmantelar pero que aun así goza de enormes contrapesos que no se lo están poniendo fácil. Usando algo sagrado como la libertad de expresión, los mensajes se retuercen en esta guerra híbrida que abiertamente nos han declarado los regímenes autoritarios, y en el que no sabemos muy bien cómo reaccionar.
Trump no es ni más ni menos que la consecuencia de esa estupidez de no haber sabido calibrar bien los mensajes y de entender que un multimillonario puede acabar defendiendo a los que menos tienen, a los de abajo contra las élites económicas. Pero no.
Trump no es ni más ni menos que quien dice ser, un trilero acostumbrado a cerrar negocios engañando al otro, de ganar dinero fácil sin importarle las consecuencias, y uno de esos empresarios a los que la ley le estorba, y no la temen.
Como dijo Warren Buffet, por supuesto que existe la guerra de clases tras la caída del muro de Berlín en 1989. Lo que ocurre es que hay una clase que va ganando por goleada.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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