Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
El eje europeo del mal
Hoy escribo en verso, con ánimo sincero, sobre temas del mundo, de lo humano y lo etéreo.
Desde la extrema derecha, con su tono severo, hasta la paz anhelada, en un mundo entero.
En Europa, cuna de viejas batallas, resuenan de nuevo, palabras que estallan.
En el viejo continente, donde la historia resuena, surgen voces oscuras, con fuerza que truena.
La extrema derecha, con su odio punzante, divide a los pueblos, de manera constante.
La extrema derecha, con su odio latente, divide y agita, a un continente.
Santiago Abascal, con su bandera en alto, proclama sus leyes, con verbo exaltado.
Su discurso de odio, como filo cortante, rompe la unidad, de manera alarmante.
En la arena política, surge un perfil, Buxadé en España, con tono servil.
Pleitesía a Abascal, líder indomable, su voz resuena, en eco inquebrantable.
Servilismo al Yunque, sombra discreta, en la trama oculta, su lealtad completa.
Discursos de fuerza, de patria y honor, bajo la bandera del miedo y rencor.
En Hungría resuena el eco del poder, que Orban al mando, no quiere ceder.
Extrema derecha, en su estandarte, contra la inmigración, erige baluarte.
Fronteras cerradas, vigiladas de cerca, el miedo a lo extraño, en cada puerta.
Orban proclama, su visión de nación, en cada palabra, infunde restricción.
Las olas migratorias, encuentran barrera, en tierras de Hungría, la esperanza se frena.
La identidad se blinda, el futuro se cierne, entre muros de miedo, y discursos que hieren.
En tierras de Francia, surge la voz, Le Pen, con fuerza, su causa feroz.
Fronteras cerradas, discurso implacable, contra la inmigración, su tono inflamable.
Extrema derecha, bandera alzada, contra inmigrantes, su voz es lanzada.
Musulmanes llegan, cruzan el mar, buscando refugio, hogar encontrar.
Pero en las calles, surge el temor, retórica fría, discurso de horror.
En el corazón de Europa, el miedo germina, la inmigración crece, la esperanza camina.
Gente que huye, de guerra y de hambre, buscando refugio, un nuevo estandarte.
Pero en el horizonte, la sombra se extiende, el miedo se infiltra, y el odio no entiende.
En tierras de Holanda, la calma se quiebra, con Wilders al frente, la derecha celebra.
La inmigración y el islam en su punto de mira, su discurso del miedo, en el viento se inspira.
En nombre de un pueblo, de una identidad, levanta barreras, siembra adversidad.
El islam, su obsesión, su blanco constante, con palabras de odio, se muestra desafiante.
Hablan de inmigración, con miedo en el pecho, prometen seguridad, con discurso estrecho.
Los políticos alzan banderas de guerra, promesas de muros, de patrias y tierras.
Netanyahu en Israel, y la sombra de Palestina, en un conflicto eterno, donde la paz es divina.
Abascal y Bibi, en su senda de hierro, con palabras duras, construyen su encierro.
Hablan de grandeza, en un mundo polarizado, olvidando el daño, que el odio ha causado.
Abascal y Netanyahu, en sendas diferentes, comparten un sueño, de muros y frentes.
El pueblo observa, con ojos de anhelo, esperando el alba, de un nuevo desvelo.
El eje del mal, lo llaman con miedo, a líderes que siembran, discordia en su ruedo.
La Unión Europea, en su seno se duele, ante el auge del odio, y el miedo que huele.
La Unión Europea, en su seno debate, el auge del odio, y su cruel embate.
Luchando por mantener, la cohesión deseada, en tiempos oscuros, de amenaza marcada.
El discurso de odio, como veneno se expande, destruyendo la confianza, en cada instante.
Política de muros, y fronteras cerradas, la convivencia quiebra, en noches heladas.
La Unión observa, con ojos de inquietud, buscando respuestas, en medio de la multitud.
El reto es enorme, mantener la paz, entre discursos de odio, que dividen sin más.
En la Europa moderna, con historia que pesa, surgen voces fuertes, que la unidad tensa.
La extrema derecha, con su discurso mordaz, siembra odio y miedo, en cada solar.
Europa resiste, en su diversidad, frente al odio y al miedo, busca la igualdad.
En un mundo complejo, de voces sin par, la unidad es el reto, que debemos cuidar.
Las sombras se alargan, en la noche fría, mientras el miedo crece, en la lejanía.
El discurso que excluye, a inmigrantes y más, desgarra la unidad, que costó tanto en paz.
La inmigración, el tema candente, es usada de arma, por líderes fervientes.
La esperanza de muchos, en tierras lejanas, se encuentra con muros, y puertas cerradas.
La Unión observa, con ojos preocupados, buscando el camino, entre tiempos nublados.
Pero en medio del caos, Europa resiste, con la llama de la paz, que nunca desiste.
Buscando el camino, entre sombras y hiel, para un futuro de unión, sin odios cruel.
El pueblo se alza, en un grito de unión, contra el discurso de odio, que busca división.
Pero en medio del caos, una esperanza brilla, el deseo de unidad, que nada humilla.
Europa resiste, con valentía y razón, frente al odio y la ira, en cada estación.
La lucha es constante, por un futuro mejor, donde reine la paz, el respeto y el amor.
Así en este verso, te invito a pensar, en un mundo más justo, donde podamos amar.
Sobre este blog
Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
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