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Cristian López

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La historia del Córdoba Futsal es sin lugar a dudas una de las más significativas de los últimos años en el deporte cordobés. Evolución sin limites. Sin techo a la vista. Capacidad de superación innata desde lo más profundo hasta lo más alto. Ese ha sido el recorrido que ha desarrollado el conjunto blanquiverde en sus algo más de siete años de existencia, en los que ha pasado de jugar en provincial a la élite del fútbol sala español. En efecto, esta campaña 2020-21 está cumpliendo su segundo curso consecutivo en la Primera División de la Liga Nacional de Fútbol Sala, considerada la mejor del mundo. Un salto inimaginable hasta hace no mucho para sus propios gestores. Y es que se dice pronto, pero la gesta quedará por siempre grabada en el recuerdo del imaginario local. Y es también de esas historias de donde salen los grandes legados, en este caso desde la base, aunque el sendero haya sido invertido, pues son los mayores los que han incentivado la creación de una estructura para los más pequeños. 

Lo que viene a ser comenzar la casa por el tejado, como bien admite el propio José García Román, presidente de la entidad. Es de sobra conocido que Córdoba ha gozado siempre de una cantera de enorme nivel en dicha disciplina. El fruto de ese trabajo de décadas atrás se está disfrutando ahora, con la amplia presencia de futbolistas en la máxima división estatal. Muchos de ellos con estatus internacional incluido. Por esta razón, García Román, un firme defensor del talento califa, decidió un día apostar por la creación de un proyecto senior en la ciudad, que pudiera dar cabida a todo ese talento que germinaba sin la posibilidad de jugar en su tierra. 

Fue así como se fue gestando un club que vivió un ascenso prácticamente cada dos temporadas. Hasta la llegada del curso 2016-17. Aquel año se le presentó la oportunidad de obtener una plaza en Segunda División, y el camino que luego aconteció al primer equipo es de sobra conocido por todos. Sin embargo, otro punto que fue fundamental por aquel entonces, y quizá pasó un tanto desapercibido, fue que se puso la primera piedra de lo que serían las categorías inferiores. Nació el equipo juvenil y ya desde sus primeros meses de vida se comprobó que la factoría iba a tener un exitoso inicio. Por entonces comenzaron a despuntar futbolistas como Ismael López, que debutó rápidamente en la categoría de plata y hoy por hoy es una de las grandes perlas nacionales en las filas de ElPozo Murcia. 

Posteriormente llegaría el filial blanquiverde y los demás equipos de base hasta alcanzar este año más de 200 jugadores entre equipos federados y escuelas deportivas. Y todo ello en menos de un lustro. “Yo siempre he sido un gran defensor del jugador cordobés y este año lástima que es un año complicado, ya que en un curso normal habría más protagonismo de jugadores del filial y del juvenil con el primer equipo”, subraya García Román, quien recalca que “es en lo que quedamos con Josan cuando firmamos, que iba a tener bastante visibilidad tanto el B como el juvenil”.

Y aún así, jugadores como Joaqui, Pedro o Víctor ya están plenamente asentados con la primera plantilla, incluso alguno de ellos con minutos habituales en Primera. Precisamente son éstos los que configuran la primera cosecha real edificada plenamente en la base del Córdoba Futsal. Y el futuro no puede pintar mejor. El objetivo es que futbolistas como Manu Leal, Cristian, Boyos o Koseky sirvan de espejos para decenas de jóvenes que sueñan con poder triunfar en su tierra. Ahora es el mejor momento para ellos y “por supuesto creo que hay recambio por abajo”, asegura el presidente, admitiendo que “de nada serviría tener un equipo top si en él no hubiera jugadores cordobeses, yo así lo entiendo y así lo defiendo”. 

La dificultad estructural de las instalaciones deportivas de la ciudad obliga al Córdoba Futsal a trabajar al mismo tiempo en distintos espacios, con la finalidad de poder dar cabida a todos sus canteranos. En pistas de colegios se forjan, a día de hoy, los próximos jugadores que aspiran a un puesto en el club más representativo del fútbol sala cordobés. Un sueño en blanco y verde que decidió, por méritos propios, colarse como actor protagonista en la época dorada de la disciplina. 

Destellos de primera para una entidad que ha sabido aprovechar a la perfección el talento innato del producto califa. “Yo creo que ha habido mucha gente que ha trabajado por el fútbol sala en Córdoba y ahora se están viendo los frutos de ese trabajo, y ahora esperemos que ojalá nuestro niños lleguen a ese primer nivel”, sentencia Carlos Alarcón, entrenador del infantil B del Córdoba Futsal. Apuntes sus nombres. El futuro pasa por ellos. 

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