La conexión catalana y el último viaje
Cataluña está en el foco del Córdoba en sus planes de salvación de la categoría. Lo primero es lo primero: el domingo próximo llega a El Arcángel el Almería en un partido crucial, para el que los blanquiverdes están movilizando a todos sus activos con el único propósito de conseguir tres puntos fundamentales y ponerse en situación de armar su discurso final. Y ese grito de liberación, después de seis meses en posiciones de descenso, puede tener acento catalán. Dependerá de lo que los cordobesistas sean capaces de hacer en el Estadi Municipal de Reus en la jornada 41 y de lo que el Nástic pueda cosechar a partir de ahora. Los tarraconenses están solo un punto por encima del Córdoba -aunque tienen ganado el golaverage- pero las dinámicas son muy diferentes. Mientras que los cordobesistas acaban de vencer a domicilio al líder Rayo Vallecano, con Sandoval aclamado por las masas, los de Tarraco perdiero este fin de semana ante el colista y ya descendido Sevilla Atlético (1-0) y ese desastre provocó la destitución de su entrenador Nano Rivas.
Ya con horario unificado, el Córdoba sabe cuándo tendrá que afrontar el último viaje de la temporada. Será el domingo 27 de mayo, a las 20:30, al Municipal de Reus. Allí le esperará el conjunto catalán con todos los deberes hechos -ya garantizó matemáticamente su objetivo- y, seguramente, con el retorno al banquillo del excapitán cordobesista Aritz López Garai, su técnico, que fue recientemente intervenido en una operación de corazón. El día y la hora no favorecen en absoluto una caravana de valientes como la que acompañó al equipo al Reino de León y a Vallecas, por lo largo del viaje y el lunes laborable, aunque no faltará respaldo en Reus. La peña Sangre Blanquiverde y la colonia de seguidores cordobesistas afincados en la región garantizan que el equipo de Sandoval no va a estar solo en un partido que se presume clave. Los más optimistas piensan que incluso definitivo, si se dan otras combinaciones.
Entre los equipos a los que el Córdoba echa un ojo cada semana está el Nástic de Tarragona, que se está desplomando en las últimas semanas y ha ido perdiendo el colchón de puntos que le reportaba cierta tranquilidad. Ahora no le queda ninguna. Después de caer derrotado en la Ciudad Deportiva del Sevilla ante el ya descendido filial hispalense, se encuentra con 43 puntos (el Córdoba tiene 42) y con un calendario inquietante. Tienen dos partidos en casa (Leonesa y Rayo Vallecano) y una salida en medio a El Alcoraz de Huesca.
El triunfo en Vallecas ha revitalizado al Córdoba, cuya reacción intimida a todos los adversarios directos. En medio de un panorama que se altera a cada jornada con resultados descabellados, el equipo de Sandoval se propone mantener la serenidad y apostarlo todo a unos resultados normales: resolver sus partidos en casa y refrendar su buena racha en Cataluña, donde ya venció esta temporada al Nástic (0-2). Al Reus le endosó en la primera vuelta un 5-0. Ahora las estadísticas suenan a cánticos celestiales para un cordobesismo que se mueve entre la sorpresa y la emoción, enganchado a la aventura de un equipo que acumula treinta jornadas seguidas en posiciones de descenso pero que se comporta con pautas totalmente alejadas del victimismo: llena su campo desde hace meses y suma puntos con notable ritmo. Desde que llegó Sandoval, tiene números de candidato al ascenso. Ahora, sin embargo, lo que quiere es seguir en Segunda y poner el mejor broche a una campaña histórica e histérica.
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