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Pueblos con mucho fútbol
Todo empezó en Cabra: la centenaria historia del decano del fútbol cordobés

Alineación histórica del CD Egabrense

Alejandro Jiménez

27 de julio de 2025 21:05 h

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Hay instituciones que trascienden el mero propósito para el que fueron creadas. Se convierten en espejos de la comunidad que las vio nacer, en cronistas silenciosos de sus sueños, sus luchas y sus alegrías. En Cabra, ese espejo tiene los colores rojo y negro de su equipo de fútbol. Y es que hablar del Club Deportivo Egabrense es narrar más que una sucesión de temporadas y goles; es contar la historia de toda una ciudad a través del balón. Fundado en 1921, ostenta con orgullo el título de decano del fútbol cordobés, un honor que no solo certifica su antigüedad, sino que subraya la responsabilidad de ser el guardián de una llama que ha iluminado el deporte provincial durante más de un siglo.

La elección del nombre no fue casual: “Egabrense” emana directamente de Igabrum, el nombre romano de la ciudad. Al bautizar a su club con la herencia de su pasado más remoto, sus fundadores, con Luis Pallarés Delsors a la cabeza, tejieron un vínculo indisoluble entre el deporte y la historia de su tierra. Aquel equipo, con sus colores a rayas rojas y negras, era tan de Cabra como su castillo o sus murallas. Su formalización llegó en 1924, al federarse oficialmente, un hito que lo consagró como el club más antiguo de la provincia. La historia de aquellos primeros años, documentada en obras como Historia del futbol en Cabra 1921-1970 de Bernardo Salido y Juan Moreno Rosa -de la cual extrae la mayoría de los datos este reportaje-, retrata una época de puro amateurismo, donde el amor por los colores era la única recompensa.

Inauguración del campo de fútbol de Villa Lourdes (1924)

El Villa Lourdes, “uno de los mejores campos de España”

El primer gran hogar del club fue el campo de Villa Lourdes, inaugurado el 9 de septiembre de 1922 con un partido ante el Málaga CF. Los cronistas de la época llegaron a describirlo como “uno de los mejores campos de España”. Aquel fútbol de barro y multitudes agolpadas sin gradas forjó un vínculo visceral entre el equipo y su gente. Tras pasar por otros recintos como el 'Campo chico', años después, el salto a la modernidad llegó con la actual Ciudad Deportiva María Dolores Jiménez Guardeño.

Sin embargo, paradójicamente, algunos de los capítulos más gloriosos de la historia más reciente del CD Egabrense se han escrito lejos de casa, en territorio neutral. Sin ir más lejos, el ascenso a División de Honor de 2021 se celebró en el Ciudad de Lucena, mientras que el más reciente, en 2025, tuvo lugar en El Pandero de Palma del Río.

Paco Cobos, portero, en un partido en Cabra

Una montaña rusa de gestas y caídas

La trayectoria deportiva del decano es un ciclo constante de construcción, éxito y lucha. Tras un arranque fulgurante en la temporada 1923-24, con 22 victorias en 24 partidos, el club entró en una profunda crisis que lo llevó a un cese casi total de su actividad a finales de 1925. El fútbol permaneció latente hasta que, en octubre de 1932, una fusión de equipos locales resucitó el nombre original. Este impulso culminó en la década de los 40, cuando el equipo alcanzó por primera vez la Tercera División en la temporada 1945-46. Sin embargo, tras dos campañas en categoría nacional, una “desastrosa gestión económica” -así lo definían en la época- provocó una nueva desaparición del club bajo su nombre oficial, debido a las deudas con la Federación.

Con todo, el fútbol nunca se detuvo en Cabra. Durante más de dos décadas, equipos como el Atlético Egabrense, el Martinete CF o el Recreativo Egabrense mantuvieron viva la llama. Finalmente, el 12 de julio de 1969, gracias a una amnistía federativa y a la fusión de los clubes existentes, se recuperó el histórico y anhelado nombre, dando comienzo a su era moderna.

El Egabrense se enfrenta al Lucentino en el campo de 'fútbol chico' (1948)

La era moderna: de Tercera al barro del Siglo XXI

Tras un largo periplo regional, el club vivió una de sus épocas doradas en los ochenta. La temporada 1984-85, actuando como filial del Córdoba CF y con Pepe Escalante como entrenador, el equipo se proclamó campeón de Regional Preferente, logrando un celebrado ascenso a Tercera División. Allí compitió dos temporadas (85-86 y 86-87), antes de volver a descender. Así, su última aparición en la categoría nacional hasta la fecha fue en la campaña 1993-94.

El nuevo milenio ha sido una prueba de resiliencia. El Egabrense se ha convertido en un habitual de las divisiones andaluzas, protagonizando gestas que demuestran su carácter inquebrantable. En la 2020-21, logró un agónico ascenso a División de Honor en la prórroga ante el Atlético Palma del Río, con un gol decisivo de Carlos Osuna. Tras descender en 2023, el club no se vino abajo. En la recién finalizada campaña 2024-25, volvió a la final del play off y, esta vez con autoridad, selló su regreso a la máxima categoría andaluza con un contundente 4-2 ante el Peñarroya-Pueblonuevo, con goles de su capitán, Rafa Roldán, y Luis Ortiz en la primera media hora.

El CD Egabrense en el Sánchez Pizjuan (1986-87)

Nombres para la historia

La historia centenaria del Egabrense se escribe con los nombres de sus protagonistas. Desde los pioneros de los años 20 como los hermanos Pallarés o el delantero “Cabezas” -autor de 49 goles en una sola temporada-, hasta figuras como José Solís Ruiz, que jugó en los años 30 y más tarde sería Ministro de Trabajo. Pero si un nombre resuena con fuerza es el de Toni Muñoz. El que fuera jugador internacional y emblema del Atlético de Madrid es un embajador de la ciudad y un referente para el club, formando parte del Comité de Honor del Centenario. Junto a él, una constelación de talentos que llegaron a la élite como Rafael Jaén o Ignacio Pallarés.

En la era moderna, la resiliencia tiene el rostro de capitanes como Rafa Roldán y el éxito en el banquillo, el de técnicos como Fran Sedano, artífice del ascenso de 2021. Y en la dirección, hombres de la casa como el actual presidente, Francisco Poyato, que conoce la entidad desde dentro al haber sido jugador, entrenador y directivo. Cien años después, el Egabrense cumplió el centenario de su federación el pasado 2024 en un momento dulce, y esta pasada temporada, de la mano de Rafa Escobar, lograron el ascenso a División de Honor. El futuro presenta los retos del fútbol modesto, pero si algo enseña su historia es que su mayor activo es su gente. Mientras esa llama siga viva, el corazón del decano seguirá bombeando fútbol en la Subbética, listo para escribir los capítulos del próximo siglo.

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