El Gobierno tiene un año y medio de plazo para autorizar las obras de La Colada
La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) tiene un plazo máximo de un año y medio para resolver la autorización de la obra definitiva del embalse de La Colada para conectar sus aguas con Sierra Boyera. Los trabajos fueron adjudicados por la Junta de Andalucía a la constructora cordobesa Jícar en el mes de septiembre. Es decir, podrían recibir la autorización definitiva en marzo del año 2026.
Según consta en una respuesta parlamentaria del Gobierno a preguntas de senadores del PP, la Confederación tiene que realizar una concesión de agua. La Colada está construida en la cuenca del Guadiana y Sierra Boyera en la del Guadalquivir. Hace dos años, las obras de la conexión temporal entre ambos embalses se realizó por el propio Gobierno a través de un procedimiento de urgencia.
Ahora, la Confederación entiende que las obras provisionales bien podrían ser definitivas y que no merece la pena invertir dinero público en una misma obra si ya funciona la conexión. De hecho, las obras provisionales se ejecutaron sobre gran parte de la infraestructura que quedó abandonada hace 15 años, cuando la Junta de Andalucía renunció a conectar ambos embalses.
Eso sí, los trabajos funcionan con un bombeo provisional, conectado a equipos electrógenos que ahora mismo están parados, ya que hay agua suficiente en Sierra Boyera. El gobierno andaluz mostró su disposición a acabar las obras, que tienen un presupuesto de 9,4 millones de euros y que pondrá fin a una polémica eterna en el norte de Córdoba.
El Gobierno asegura que la Confederación Hidrográfica ha pedido información a la Junta de Andalucía sobre el proyecto. De forma paralela, también ha reclamado al gobierno andaluz que subsane documentación sobre el proyecto, aunque no ha concretado en qué consiste.
La Colada es un embalse que se construyó en El Viso precisamente para acabar con los problemas que la sequía dejaban en el norte de Córdoba. Desde que se construyó se ha ido contaminando. Eso provocó que cuando entró en funcionamiento su conexión con Sierra Boyera el agua de 80.000 habitantes del norte de Córdoba dejase de ser potable.
Estos vecinos pudieron volver a beber agua del grifo cuando llovió y cuando se volvió a llenar Sierra Boyera. El problema de contaminación en La Colada, mientras tanto, sigue intacto.
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