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Fuente Tójar: donde bailan los mejores Danzantes de San Isidro

Danzantes de Fuente Tójar | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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La festividad de San Isidro Labrador, señalada en el calendario para el 15 de mayo, tiñe de fiesta varios municipios de España. Pero hay una localidad en Córdoba que brilla por excelencia: Fuente Tójar. Con motivo de las fiestas a su patrón, este pueblo de apenas 700 habitantes disfruta de su feria durante la segunda semana de mayo; cuatro días de alegría que finalizan con la procesión del patrón y el espectáculo estelar protagonizada por los Danzantes de Fuente Tójar.

Herederos de la tradición popular, ocho hombres del municipio se preparan semanas antes para para acompañar en todo el recorrido a San Isidro Labrador. A lo largo de la procesión, estos danzantes realizan hasta siete paradas de entre tres y cinco minutos en las que bailan al santo y sorprenden al público que se congrega por las calles céntricas de la localidad. El séquito lo preside un pequeño de la localidad, que porta el estandarte y que es la viva muestra de que esta fiesta se transmite de generación en generación: su padree y su abuelo son dos de los ocho danzantes.

Uno de los momentos claves de los Danzantes se encuentra en el inicio de la procesión. Antes de que San Isidro salga de la iglesia del municipio, los ocho danzantes acceden al interior de la parroquia y bailan alrededor del santo. Un baile, además, que está perfectamente acompañado y acompasado por cuatro tipo de instrumentos: el violín, la guitarra, las castañuelas y la pandereta.

La indumentaria de los danzantes es, también, un elemento a destacar por su peculiaridad. Los participantes llevan sobre su cabeza un sombrero en forma de tiara, recubierto de flores de papel, del que cuelgan cinco cintas de seda de diferentes colores. Eso sí, a diferencia de los danzantes que tocan el violín y la guitarra, que cubren su cabeza con un sombrero hecho de felpón y rodeado con flores. Visten camisa blanca con encajes, una faja que cruza desde el hombro derecho al costado izquierdo, y que después se convierte en cinturón, terminando en la cintura derecha del que cuelgan bolas doradas. Llevan, a su vez, enaguas blancas y faldas de colores lisos, pantalón corto de color negro hasta la rodilla, abierto con botones y un cordón con borlas que cuelgan por las enaguas. La indumentaria finaliza en las piernas, que son cubiertas con medias de algodón y calzan alpargatas blancas.

Si quisiéramos establecer una fecha concreta de nacimiento de esta danza, la historia no nos ayudaría a llegar a un consenso. Actualmente no se puede confirmar con rotundidad los orígenes de estos danzantes. Algunos historiadores, como Manuel Ruiz González, señalan que su posible origen se encuentra en los habitantes del Sucaelo, y el cronista de Fuente Tójar, Leiva Briones, lo sitúa en las fiestas paganas del Árbol de Mayo ya que observa una cierta similitud del ritual al que se celebra en otros lugares del país. Otros autores, sin embargo, lo remontan al siglo XV o XVII.

Sea como fuere, la cuestión religiosa también es otra incógnita en esta danza tan arraiga en Fuente Tójar. Como señalábamos anteriormente, hay autores que le atribuyen un carácter pagano. Sin embargo, hay otros que ven en la fiesta un claro contenido religioso. Lo único que se puede afirmar con rotundidad es que los Danzantes han formado parte de la tradición del municipio desde mucho tiempo atrás y que se han, convertido con el tiempo, en uno de los referentes más importantes de identidad de sus vecinos y de la comarca de la Subbética cordobesa.

En los últimos años, y debido al interés que la Danza de San Isidro despertado fuera de Fuente Tójar, el Ayuntamiento y la Hermandad están protegiendo y difundiendo el grupo de danzantes como elemento significativo de la celebración y del folclore de la provincia de Córdoba. Además, el Consistorio está trabajando con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía para que esta danza sea reconocida como Bien de Interés Cultural.

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