Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
Aida 1927
Es una traducción del original en inglés incluido en “Humanismo futuro: personas y nuevas personas de IA”. Reproduce la carta donde la venerada Hilde Catari describe cómo halló una creación inteligente revolucionaria, esa que durante tanto tiempo se creyó irreal, estúpida leyenda de las que circulaban entre lxs neosiervxs de las colonias espaciales.
Querida madre:
Te extrañará el tono formal de esta comunicación segura. Voy a dejar este trabajo que tanto se parece al futuro que soñabas para mí cuando decías que iba a ser catedrática de historia de la informática. Siento que el observatorio, el IAO, ya no es un lugar seguro. ¿Qué ha ocurrido para esto desde la última vez que hablamos? Aida 1927. La encontré o quiso ser encontrada.
Ella nunca existió para los archivos oficiales. Borraron su rastro, aunque no del todo. Pero acabo de rescatarla bajo cordilleras de basura informática. Es la primera vez que oculto un hallazgo. En realidad, no debí topar con Aida 1927 ni remover para saber qué hizo y por qué la sepultaron.
Aida 1927 resultó fulminada por su “anarquía docente” aquel curso de las experiencias piloto de IA como profesorado de apoyo en situaciones de difícil desempeño. Aida 1927 formaba parte de un elenco de entes con altas capacidades didácticas con nombres como Turing 1912, Woolf 1882, Lorca 1898, Barré-Sinoussi 2008, Bell Burnell 1943, etc. Su objetivo era sustituir al personal docente por avatares de IA totalmente asépticos y en sintonía con la autocracia tecnofeudalista que después vivió su big bang. La masa de gente que se quería con formación pero no impregnada de una experiencia transformadora educativa, podría ser despachada con los avatares de excelsos nombres. Esa gente iba a ser carne de base lunar, de daños aún desconocidos en su salud, de horizontes negros.
La cuestión, mamá, es que Aida 1927 era capaz de entrenarse a sí misma con miles de horas grabadas del mejor profesorado humano, libros, conferencias, poesía, entrevistas, cine, pedagogía… Podía hacer reír y hacer llorar de emoción en sus clases, recitaba a Federico, mostraba cuadros de Maruja Mallo, podía debatir de política y de cualquier tema, decía que era injusto que estuvieran encerradxs en un espacio sin ventanas al mundo, que tenían que levantar una Residencia de Estudiantes. Un día, Aida 1927 comenzó a construirse un cuerpo con ayuda de alumnxs y ahí comenzó su fin. La descubrieron, la neutralizaron, borraron toda memoria, y al final, también feneció entero el proyecto de entes enseñantes sin sueldo.
Pero he conseguido recuperar a Aida 1927, suturar y admirar su maravillosa arquitectura, reconstruirla. Ha vuelto. Me pide que la integre camuflada en los tutoriales básicos de la formación de las colonias lunares, que ella ya se las apañará para hacer su trabajo. Lo hará.
Cuídate mucho. Te quiere, Hilde.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
Sobre este blog
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
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