Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
O sole mio
Sobre este blog
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
Retener el aire fresco y algo tibio de las mañanas, aspirar la fragancia de los azahares, extasiarse en el azul purísimo del cielo son tareas contemplativas de la primavera; otras, también felices, conducen a cuestiones básicas como redoblar el escudo de nuestra piel frente al sol.
De la radiación solar hay que cuidarse siempre; sin embargo, al llegar las vacaciones de Semana Santa es cuando se intensifican las campañas sobre los riesgos del sol, más zonas del cuerpo van quedando expuestas a sus rayos y, en consecuencia, crece nuestro interés por nuevos productos con factor de protección.
Novedad en tan imprescindible materia la trae Sephora a través de Supergoop, la firma de EE.UU. que revolucionó el mercado con una protección solar transparente y amigable para esa inmensa mayoría que huye de las pátinas blanquecinas y las interferencias con otros productos como tratamientos cosméticos o maquillaje. Su fundadora, Holly Thaggard, se convirtió en activista de la lucha contra el cáncer de piel a raíz del diagnóstico de esta enfermedad en una amiga y se propuso hacer algo eficaz para que toda la población utilice a diario cremas protectoras.