Ser feliz toda la vida en una tumbona, con la misma sangría y el mar de fondo es imposible. Además, se convertiría en algo tan trivial como completamente aburrido. Solo después de mucho trabajo apreciamos los felices días pasados de verano y solo volviendo a la trinchera seremos capaces de desear los venideros.
En medio están los destellos de felicidad que, en realidad, son los que nos ayudan a sobrevivir en una vida -no nos engañemos- marcada por los tropiezos, el duro trabajo, las noches de insomnio, los palos de Hacienda y los siempre incómodos imprevistos. No, la eterna y continua felicidad no existe, ni desde luego me la creo. Cuando alguien les diga “yo es que soy muy feliz”, salgan huyendo. O es un loco, o un necio, o un inconsciente. Elijan.
Así que, bienvenidos de nuevo a la cruda realidad. Y es que la vida son contrastes, subidas, bajadas, risas, llantos y, cada vez más, posicionamientos y actitudes extremas. O don juan, o juanillo… ¿Dónde quedó Juan a secas? En la reciente Feria de Málaga leí que se colocaron test alcoholímetros para que los visitantes pudieran comprobar su tasa de alcohol antes de coger el coche de vuelta. Pues resulta que hubo colas. Sí, colas, pero para competir a ver quién había bebido más.
Reaccionamos en contra de lo que tenemos para volver a donde estaban los que lucharon para estar aquí, porque lo revolucionario consiste en ir en contra de lo que hay. El resultado último de los estudios demoscópicos señala que el nuevo voto “rebelde” entre los jóvenes - casi todos varones - ha girado al otro extremo. O sea, a Vox. Tanto nos fuimos a la izquierda que ahora lo punk, como algunos dicen, es ser de Vox.
Otro ejemplo. Tanto se pasó la iglesia de apertura, después de aquella Iglesia rancia, de misa en latín, velo y pecado a todas horas, que cuando hemos llegado a una iglesia que nos acoge a todos, como hijos del mismo Dios, a una iglesia abierta y plural, sin excluir a nadie por cuestiones que afectan a su esfera más íntima y personal, empiezan a surgir, asociaciones y grupos cerrados, con doctrinas y prácticas que se alejan de la misericordia de un Dios para todos.
Hay reclutamientos de almas en retiros con halo de misterio y secretismo que se extienden entre los jóvenes, como los de Effetá - inspirado en el pasaje bíblico de Marcos 7:34 Ábrete - y otros entre los no tan jóvenes, como Emaús, que tienen al parecer tan dulces formas como rigidez de fondo detrás.
La asociación estrechamente vinculada a estos retiros, las Hijas del Amor Misericordioso ( HAM ) ha hecho correr ríos de tinta este agosto. Y algunos aterradores. La Archidiócesis de Madrid ya investiga las numerosas denuncias de familiares de estas religiosas que, con tintes de verosimilitud, hablan de abuso de poder y de conciencia, sectarismo, control sobre las decisiones personales de las religiosas, manipulaciones y una clara dinámica de aislamiento. Desde semejantes parámetros, de ser ciertos, ¿cómo es posible hablar de servir a un Dios que nos hizo y nos quiere libres?
Los extremos y su falta de libertad nunca fueron buenos… ¿Dónde está el muy sano término medio, ese que dista lo mismo de ambos extremos? ¿Dónde quedó la mesura?
Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada.
Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta.
¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.
0