Una ciudad en la que La Mezquita es cristiana y El Arcángel musulmán, es una ciudad en la que todo puede pasar. Hasta que te roben las esencias y todos miren a otro lado. Siempre la indolente callada por respuesta.
Sí, el Estadio Municipal El Arcángel (repito, municipal), ese que tiene a San Rafael en la entrada de autoridades, ahora dicen que se llama “Estadio Bahrain Victorious ”… por cierto, a ver quién tiene narices de pronunciar eso desde Fátima a El Higuerón.
Hombre, eso ya lo hacen otros clubes, ¡poner el nombre de un patrocinador! -dirán- Si, bueno, alguna diferencia hay. Primero porque este estadio es municipal y, segundo, porque resulta que la marca es más de lo mismo. O sea, de nuevo la familia real de Baréin y el mismísimo Nasser bin Hamad Al Khalifa, nuestro señor. Alabado sea. Total, puro teatro. Lo de las bicicletas es la excusa, porque el dinero es el mismo. El objetivo está claro: poner a nuestro estadio municipal el sello de Bahrain - hasta en árabe- y destronar del reino al mismísimo San Rafael. De ahí a que el Registro Civil y los barrios estén llenos de “Arkhalifas Sanchez” un paso. Al tiempo.
Y es que esto no viene de ahora. Viene desde el mismo día en que, sin rastrear de dónde vino el dinero, ni cómo sigue hediendo a vulneración sistemática de derechos fundamentales, se aceptó que nuestro fútbol fuera reconquistado por Al Khalifa. Y encima, como salvó el fútbol, ay pobre, le hacemos un traje a medida para darle el zarpazo al estadio. El nombre (y lo que vendrá) era solo cuestión de tiempo.
Algo se barruntaba ya cuando, hace muy poco, la asociación - ¿sin ánimo de lucro? - Córdoba Ecuestre, esa de la que cuesta saber quién participa, cómo funciona, o cuánto paga a las arcas municipales por okupar Caballerizas Reales, uno de los espacios municipales más emblemático y singular (y el único que a los cordobeses nos cuesta dinero visitar), se plantó en Baréin y le regaló un caballo al pobre Al Khalifa…¿Bahrain Victorious también en Caballerizas? Pues va a ser que sí ¡Ay señor, señor!
El estadio municipal El Arcángel, hasta con oficinas municipales dentro, ahora es “Bahrain Victorious”. Ojito a la traducción. Que tiene miga. Los pelos de punta. Amigo Queco, ya te lo dije un día, “nunca sueltes nuestro himno. Contigo estará a salvo”. Pues ya sabes, ahora habrá que cambiar la letra. Esa parte de “… y mi voz será siempre tu aliento y El Arcángel nuestro Reino…”, que suene así “… y mi voz será siempre tu aliento y Al Khalifa nuestro dueño” … mola, ¿verdad?
Mi relación con la iglesia católica es poca, aunque de respeto. Soy más de rezar en silencio, hacía dentro. Lo llamo hilo directo con Dios. Pues ahora solo me va a quedar acudir a Don Demetrio - pese a esas epístolas suyas con las que a veces tanto discrepo-… ¿me ayudará usted a evitar que se carguen a nuestro Arcángel? Oiga, que como no hagamos algo, lo mismo nos lo tiran a golpe de mazo. Al tiempo.
En fin. Mientras mi estadio lleve el nombre de un reino que no es mi reino y unos valores - o, mejor dicho, una ausencia de ellos - que me repugnan, no volveré. Ya, ya sé que a nadie le importa. A mí sí. Los principios tienen eso. La palmaria vulneración de los derechos humanos y los derechos de las mujeres y las niñas en ese lugar del golfo arábigo que ahora da nombre al estadio - repito, municipal - me provoca total sarpullido.
Ustedes verán. Sí, ya sé, que mientras ruede el balón, todo vale. Como desde hace años, pero, al menos, no en mi nombre. Debe haber alguna forma de evitarlo … “Ahora no puedo pensar … me volvería loca … ya lo pensaré mañana”, como diría Escarlata.
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