Estimada Maribel, ¿cómo pudiste cometer el grave delito de comer con Carlos Mazón el día de la Dana? ¿cómo es posible que seas tan descuidada de no haber guardado el ticket del parking de aquel día? Ay, mujer, pero ¿a quién se le ocurre?
Has dicho que te han querido extorsionar con imágenes saliendo de la casa de Mazon. También que sufres crisis de ansiedad desde que aquello ocurrió y que, el pasado fin de semana, antes de tu declaración, tuviste que ser ingresada en un centro hospitalario. Si te soy sincera, me parece poco lo que te pasa para la que tienes encima.
Debes llevar un año de órdago porque, de repente, ver sepultados tu prestigio y tu trayectoria profesional y en solfa tu vida privada, por unos lodos que no son tuyos, es una total injusticia. Mira, quiero recordarte que tu no tenías responsabilidad política alguna y que a nadie debiera interesarle, ni tu estado civil, ni tu situación personal. Libre o no como los pajarillos, con carnet o sin el, ninguna etiqueta te impedía comer aquel día con quien te saliera de donde tú y yo sabemos, ni estar de sobremesa el tiempo que te diera la gana.
Ay, Maribel, pero dicho eso, ¿no te das cuenta de que tienes varios problemillas? Eres periodista, pero de las de verdad, de esas que son licenciadas. Eres guapa y estilosa, tienes un peso adecuado para tu estatura y, ¡lo peor! eres rubia! … Ah y se me olvidaba. No perteneces a ninguna minoría, grupo étnico o social, de los que son intocables y están más protegidos que el lince ibérico. Bueno, de eso hablaremos otro día, porque estoy un poco harta de ver cómo algunos hacen cosas intolerables y hay que callar y reírles la gracia. Si dices algo, es que los discriminas por pertenecer a una etnia concreta.
Maribel, me dan arcadas cuando oigo las críticas de algunos puteros confesos - y otros aún no confesos - que se consideran enormemente feministas (recuerda, “soy socialista, soy feminista”) y que te han situado en el centro de aquel huracán, que no es tuyo. Que no, que tú no tenías que saberlo, que no era tu responsabilidad y que quien sí la tenía que peche con ello cuando la juez lo decida.
Sí, ya lo sé, yo también echo de menos la defensa de otras mujeres en esto que te está pasando, porque tu vida es tuya y solo estás ahí por ser mujer… y rubia. Ya te digo. También he echado de menos la defensa - o al menos la no criminalización - de esas otras que bastante han tenido con aguantar los envites sexuales de ciertos babosos. Aunque sea por dinero. O es acaso que el feminista socialista puede creer que era por su belleza viril.
Poner el foco en ellas y no en el dinero nuestro que esos tipos se gastaron para pagar sus arreglitos de tuberías, me indigna. Solo faltaba que alguien les eche la culpa también a ellas. Bastante tuvieron con no vomitar.
En fin, lo que quiero decirte, Maribel, es que la sororidad se olvida cuando hablamos de carnets políticos. Entonces el foco se pone en las mujeres y no en los que, machos alfa, tienen las responsabilidades y emplean su tiempo y nuestro dinero en compartir con las “pérfidas” sexo, comida, o lo que sea. Y a callar que comparten carnet con ellos … ¿sororidad? ¡Al cajón!
Solo una cosa más. ¡No entiendo cómo no guardaste el ticket del parking! ¿A qué ustedes también los guardan?
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