Fuente Obejuna: el legado de Lope de Vega
El municipio cordobés celebra el 540 aniversario de la obra 'Fuenteovejuna' con una participación masiva de los mellarienses, desde la representación de los personajes principales hasta la creación del vestuario
Situado al noroeste de la provincia de Córdoba y sobre una colina descansa el municipio donde Lope de Vega puso la cúspide de toda su obra: Fuente Obejuna. Tierra de mieles durante la dominación romana -esta localidad era conocida como Fons Mellaria o fuente de miel por la calidad de su producto-, hoy es el pueblo conocido por los sucesos acontecidos en 1476. Fueron estos hechos los que le sirvieron al dramaturgo madrileño para escribir una de las mejores obras del Siglo de Oro de la literatura española: Fuenteovejuna.
Tras el hundimiento de la época romana, los escritos señalan que Fuente Obejuna “renació” en el siglo XIV, de la mano de Pedro Girón, maestre de Calatrava. Sin embargo, esta Orden religiosa y militar del siglo XII decidió enviar a la localidad cordobesa al comendador mayor de la Orden, Fernando Gómez de Guzmán. Desde su llegada, sometió al pueblo a toda clase de torturas y vejaciones. Pero un hecho significativo provocó el fin de la tiranía de Gómez de Guzmán. El pueblo se rebeló contra él y provocó su muerte, junto a la de sus criados. Bajo el reinado de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando enviaron un juez a la localidad para conocer quiénes habían sido los culpables de aquel asesinato. Sin embargo, se encontraron de nuevo con una única respuesta: la unión de un pueblo. Y así se gritó: “¡Fuenteovejuna, todos a una!”.
Estos hechos, prueba de la rebelión de las masas contra la tiranía, llevaron a Lope de Vega a componer una de sus grandes obras. Fue en 1935 cuando el municipio decidió revivir el texto del poeta madrileño. A lo largo de la historia, Fuenteovejuna se ha representado en 11 ocasiones (1935, 1956, 1962, 1992, 1994, 1997, 2000, 2004, 2006, 2009 y 2013). Hasta 1962, la representación corrió a cargo de artistas de fama internacional y los ciudadanos de Fuente Obejuna eran meros figurantes. Pero en 1992 cuando todo cambió. Y es que la directora de aquel entonces, María Paz Ballesteros, decidió dar al pueblo todo el protagonismo que la obra de Lope de Vega se merece. Desde aquel año, la obra empezó a ser representada íntegramente por los ciudadanos. Y así ha venido siendo hasta la edición de este año, dirigida por Ángel Luis Martín.
El actor conoce muy de cerca Fuenteovejuna. Ha participado en siete ediciones y ha interpretado a personajes como Frondoso, Flores, Alcalde Esteban e, incluso, al malvado Comendador. Pero para 2016 ha dejado a un lado las bambalinas y se ha convertido en el director de esta representación que él mismo define como “Fuenteovejuna cien por cien según Fuente Obejuna”.
El Cronista Oficial de la villa, Manuel Gahete, es también el adaptador de la versión de Lope que este año se representa en la Plaza Lope de Vega hasta el 21 de agosto. En esta ocasión han participado más de 200 mellarienses entre personajes, figurantes, dirección, ayudantes de dirección, escenógrafos, maquilladores, vestuario y ayudantes de vestuario.
Para Martín, Fuenteovejuna no es sólo la puesta en escena de una obra de teatro. Es algo más. En palabras del director, “cualquier persona que nace en Fuente Obejuna ya trae en sus genes la herencia que Lope de Vega nos deja”. Además, señala que “todos los ciudadanos tenemos el compromiso no sólo de difundir esta herencia, sino hacerla más grande y transmitirla a las generaciones venideras”. Y es que el legado de Lope de Vega no entiende de edades. En la edición de este año, Abel Cortés, de siete años, hace el papel de un niño de las torturas. Pero no es su primera vez ya que este mellariense actuó por primera vez con nueve meses.
A nivel escenográfico y de interpretación, Martín ha querido hacer más patente la diferencia entre el pueblo y el poder. Además, ha incorporado las nuevas tecnologías para recrear aún más la obra de Lope de Vega. Prueba de ello son los distintos mappings que se proyectan a lo largo de la representación y que hacen referencia a los interiores de edificios como el Palacio Real Testamentario de los Reyes Católicos, las Cortes de Madrigal o el Alcázar de Córdoba.
Para hacer aún más reales las escenas de las batallas entre el pueblo y los soldados del comendador, Martín ha contado con Luis Miguel Molina, actor y especialista en esgrima escénica. Además, la actriz cordobesa Mónica Mayén ha trabajado como ayudante de dirección. Mayén destaca la “facilidad para poder formar grupo con todos estos actores que, al fin y al cabo, no tienen las herramientas del teatro porque son amateurs”.
De nuevo, la violencia sobre la mujer se convierte en el punto a explotar durante la obra. Martín apunta que “este año le hemos dado mucha más agresividad e intentando extrapolarlo a la violencia que sufren los refugiados, que son tratados como ovejas”. Para esta ocasión, José Manuel Hierro ha puesto la música, interpretada en directo por 35 personas de la Escuela Municipal de Música de Fuente Obejuna y dirigidas por Salvador Balaguer.
Fuenteovejuna supone para el municipio cordobés un escaparate publicitario y turístico que potencia todo su patrimonio. Y 540 años después de su publicación, Fuente Obejuna ya ha visto reflejado su potencial gracias a la creación del primer Festival de Teatro Clásico Fuenteovejuna. Además, y tal y como cuenta Martín, “el objetivo es declarar este evento como Bien de Interés Turístico Andaluz, hecho para el que exigen una cierta periodicidad”.
Los movimientos sociales y revolucionarios surgidos en los últimos años en España no son más que el reflejo de lo que un día ocurrió en Fuente Obejuna. La historia no varía. Es cíclica. Sólo cambian los personajes.
0