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Alejandro Jiménez

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Córdoba: ciudad de la inclusión y el deporte. Ese es el lema, y ese es el propósito del proyecto que ha lanzado Accem, en conjunción con Decathlon, para fomentar la práctica de deporte y la inclusión de personas inmigrantes mediante el mismo. La ONG, que trabaja con personas que están o pueden llegar a estar en riesgo de exclusión social, ha hecho del deporte uno de los pilares fundamentales de sus proyectos, empleándolo como nexo de unión para personas que llegan a España sin apenas conocimiento del idioma y sin contactos. No es algo que quede solo para ellos, sino que cualquier persona que quiera y pueda, puede unirse a cualquiera de las actividades que se organizan en cualquier momento, puesto que ese es uno de los principales objetivos del proyecto.

Pete, contable de Accem e impulsor de la iniciativa, en una pequeña charla con CORDÓPOLIS cuenta cómo surgió el proyecto que cada vez tiene más adeptos. “Nosotros damos una acogida integral, pero dentro de esa acogida tenemos los recursos muy limitados y establecidos en qué podemos gastar el dinero, y siempre hemos tenido mucho problema con el ocio”, afirma. Ahí es cuando entra en escena Decathlon, que, mediante su Fundación, buscaba asociaciones para algún tipo de proyecto, entre las que salió seleccionada Accem. A partir de entonces, el proyecto comenzó a forjarse y a crecer en una sinergia entre ambas organizaciones, en la que la empresa aporta material deportivo que Accem cede a los usuarios. El plan se vertebra en cuatro líneas de actuación fundamentales, que pretenden abarcar todos los ámbitos y gustos posibles. El primero de ellos comprende equipos tanto de fútbol como de baloncesto, que trata de relacionar a chicos de diferentes programas y nacionalidades entre ellos mediante el deporte. Se comenzó practicando en Ciudad Jardín, donde tuvo mucha acogida, y ahora se suelen organizar en Arroyo del Moro. La segunda línea, que es la de atletismo, organiza grupos de running que suelen salir a correr por diferentes puntos de Córdoba, y en los que se intenta enseñar diferentes técnicas de carrera y estiramiento, a la vez que se crea un ambiente distendido y social entre los propios chicos, los técnicos de Accem y cualquiera de las personas que se unan.

El tercer punto, y quizás uno de los que más llamen la atención, es el de fitness exclusivo para mujeres. Tiene una explicación, y no es otra que el choque cultural que supone para algunas personas el simple hecho de llevar prendas deportivas. Desde Accem se trató siempre de crear un clima en el que cualquiera que se apunte se pueda sentir cómodo, y por este motivo se creó una rama exclusiva para mujeres, en la que, según el propio Pete, hubiese “un ambiente mucho más íntimo y especial” donde incluso, quien lo quisiese, pudiera quitarse el velo para practicar diferentes deportes, entre los que se encuentran el body combat o el body balance, entre otros. Por último, la cuarta rama de actuación comprende una escuela de patinaje, que trata de aunar a todas las familias y buscando que, además de acudir a Accem para pedir ayuda, las familias también acudiesen para poder recibir ese punto de ilusión y disfrutar de una jornada entre los seres queridos.

“Muchos de los chicos vienen aquí sin contactos y sin redes entre ellos, y pasan mucho tiempo en las casas, en sus habitaciones encerrados, dando vueltas y pensando en sus problemas”, reflexiona Pete, que mediante este proyecto busca que estas personas tengan “una manera de que puedan salir a la calle y, aunque solo sea esta hora, ya es una hora que se quitan de estar mal”. El deporte es el nexo de unión de toda la iniciativa, sobre todo “por ese poder sanador que tiene, con esa segregación de endorfinas y esas redes de contacto que se van creando. Por ejemplo, ”con la escuela de running también se va creando esa superación de ver como cada vez se va corriendo un poco más lejos y más rápido“, resalta ilusionado, a la vez que deja entrever una sonrisa tras la mascarilla. ”Realmente, entre ellos se conocerán dos o tres, pero mediante estos partidos, estos grupos de running y demás ya se van conociendo más, van conociendo a más gente del exterior, y a la vez que nos van también conociendo a nosotros, y ya nos ven de otra manera“, expone.

Pese a que todo fue planeado hace más de un año, la pandemia de la Covid-19 lo paralizó, por lo que, realmente, se están dando los primeros pasos, pese a que el calor del verano cordobés obligó a una pequeña parada. El proyecto en sí está abierto para todo el que quiera apuntarse, y es tan fácil como unirse a cualquier actividad en cualquier momento. De hecho, ha ocurrido ya en varias ocasiones que fruto de estas actividades y de las relaciones que se crean entre los propios extranjeros y los chicos de los barrios, se han organizado partidos al margen de Accem. “No podemos dotar de material a todos, pero todo el que quiera puede participar”, reconoce Pete, abriendo la puerta a participar a todos los que lo deseen. “De hecho, estamos buscando gente local de Córdoba que quieran unirse como voluntarios para participar en estas actividades y que los chicos se sigan abriendo y conociendo a más gente, buscando esa integración e inclusión”. “Si quieres conocer gente nueva, otras culturas, aprender idiomas y además te interesa el deporte, tienes las puertas de Accem abiertas”, afirma, por su parte, Estefanía Utanda, responsable de la organización en Córdoba. Unas puertas que se pueden encontrar en su oficina, ubicada en Ciudad Jardín, y donde cada vez hay más sonrisas e ilusión, aunque sea sólo durante lo que dura un partido, una carrera, una clase de body combat o una sesión de patinaje. Son pequeñas píldoras de ilusión y fuerzas, de ganas y de diversión, y que, con la excusa del deporte, crea uniones y, en definitiva, crean sociedad. 

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