Guillermo del Pino, a su llegada a Córdoba: "Cada vez que veo el vídeo, no me lo puedo creer"

Con la medalla de oro al cuello y el cansancio de un viaje de casi 48 horas, pero con una sonrisa imborrable. Así ha llegado Guillermo del Pino a Córdoba este martes. El héroe de la selección española U18 ha sido recibido por familiares y amigos, aún procesando una gesta que ya es historia del baloncesto. “La verdad que estamos muy contentos, casi que no nos lo creemos”, confesaba nada más llegar, asegurando que ahora toca “celebrarlo con la familia y con los amigos”. El vídeo de su triple ganador se ha convertido en una imagen icónica, una que él mismo no se cansa de mirar. “Lo he visto unas cuantas veces y cada vez que lo veo estoy que no me lo puedo creer, me veo muy contento”.

Ese último segundo, ese balón que valía un oro, tuvo una dedicatoria clara. “Cuando metí ese triple pensé en toda mi familia, la que estuvo viéndome allí en Serbia y la que no pudo, que estuvo aquí en Córdoba animándome”. Fue un momento de “mucha adrenalina” en el que sus compañeros se le “tiraron encima”, la culminación de una mentalidad de equipo que se juró “luchar hasta el final” pasara lo que pasara, dejando a los franceses sin creerse “lo que estaba pasando”. Del Pino no rehuyó la responsabilidad final, consciente de su propia naturaleza competitiva. “Soy un jugador que se me dan bien los últimos segundos, los momentos importantes, porque tengo confianza en mí mismo. El entrenador confió en mí y todo salió bien”.

Con el oro europeo ya en casa, la mirada se posa en el futuro, un camino que pasa por Estados Unidos. El jugador cordobés afronta su salto a la Universidad de Maryland como “un gran desafío, obviamente, pero con mucha ilusión”. Desde la propia universidad, que ha seguido su campeonato, ya le han felicitado y están “muy contentos”. Y en el horizonte más cercano, un guiño de su ciudad. Del Pino ha confirmado el contacto del Córdoba CF para un posible saque de honor. Aunque por fechas “va a estar complicado” antes de su marcha, el simple gesto ha sido suficiente. “Solo que me hayan escrito y que hayan tenido ese detalle conmigo me hace una ilusión tremenda, increíble”.