Dos pesetas por un Ford: la insólita rifa cordobesa de hace un siglo
Sí, ha leído bien. En los años 20 en Córdoba, una persona ganó un Ford tras pagar dos pesetas para participar en una rifa benéfica. El Archivo Histórico Provincial de Córdoba ha rescatado un documento que nos permite viajar en el tiempo a un sorteo insólito que quién lo pillara en la actualidad.
La promotora de la rifa fue Ángeles Carbonell y Morand de Fresneda, esposa del general Miguel Fresneda y miembro de la familia propietaria de la empresa de aceites Carbonell. La puso en marcha como representante de la Acción Católica de la Mujer (ACM). Con 7.000 boletos a la venta, el objetivo era recaudar fondos para las actividades benéficas y educativas de la asociación, que por entonces impulsaba el papel social y político de las mujeres bajo la dictadura de Primo de Rivera, aunque siempre desde un ideario tradicional.
Para dar publicidad al sorteo, se insertó un anuncio en el diario La Voz número 1.284, correspondiente al sábado 9 de junio de 1923. El sorteo, celebrado ante el notario Joaquín Villalonga y Munar, se realizó con total solemnidad. La urna con las papeletas fue lacrada y abierta el mismo día del acto, en presencia de testigos. La mano inocente fue la de un niño, Antonio Morales y Sapte, que extrajo el número ganador: el 1113, perteneciente a Francisco Villarejo Magán, vecino de Córdoba, quien recibió el vehículo el 13 de junio.
En aquella época, poseer un coche no solo suponía un lujo reservado a unos pocos, sino un símbolo de estatus y modernidad. El Ford Modelo T, el más popular del mundo en 1923, costaba entre 300 y 400 dólares en Estados Unidos, pero su importación a España lo convertía en un bien exclusivo. Ganarlo por el precio de un café era, sencillamente, un golpe de suerte.
El acta notarial que recoge esta singular rifa forma parte del protocolo del notario Villalonga y se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba.
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