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La música andalusí, atrapada en un conflicto de derechos de autor entre Youtube y la SGAE

Captura de pantalla de uno de los discos de música andalusí de Eduardo Paniagua | YOUTUBE

Juan Velasco

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“Para que te hagas a la idea. Es como si en España alguien que toca flamenco, palos de toda la vida, le dicen que estos palos pertenecen a un músico contemporáneo”. Es la forma en la que el compositor, intérprete y musicólogo marroquí Amin Chaachoo describe lo que ha ido descubriendo en los últimos dos meses: que una plataforma norteamericana de reclamo de derechos de autor impide la difusión en Youtube de un vasto patrimonio musical andalusí de dominio público y que data, en ocasiones, desde hace cuatro siglos.

Chaachoo no es un músico cualquiera. Nacido en Tetuán -desde donde atiende a CORDÓPOLIS-, es miembro fundador de la asociación Al-haiek para la investigación del patrimonio musical andalusí, es primer violinista solista de la orquesta oficial de la Ciudad de Tetuán, y director de la orquesta Tetuán-Asmir para la música andalusí y la música popular de Tetuán, entre otras ocupaciones. Es todo un experto en la materia y gusta de subir a la plataforma Youtube algunas de sus interpretaciones.

Así lo lleva haciendo años hasta que, hace dos meses, recibió un mensaje que le impedía subir un tema, Quddan Al Maya, que tiene tres siglos de vida, y sobre el que la plataforma norteamericana de derechos musicales Muserk, que cuenta con un software de reconocimiento de música, afirmaba tener los derechos. Chachoo dice que se sorprendió y se dio cuenta de que no era un caso aislado. Según su relato, decenas de canciones del patrimonio tradicional andalusí que se llevan interpretando siglos han sido eliminadas de Youtube a petición de esta empresa, que Chachoo no tardó en vincular a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Uno de los nombres que también surgen en la conversación es el de Eduardo Paniagua, otro gran experto en la materia. Arquitecto y músico especializado en el sonido de la España medieval y que ha editado, a través del sello Pneuma, muchas grabaciones de música andalusí. Paniagua, que como socio de la SGAE aparece como autor de numerosos arreglos de música andalusí, atiende a este periódico y explica qué es lo que, a su juicio, ha ocurrido con todas estas canciones.

Según su relato, “la SGAE debe tener convenios con estas empresas”, empresas como Muserk, capaces de secuenciar y descomponer un audio subido a Youtube y paralizar su publicación por la similitud con obras registradas. “Lo que ha ocurrido es que Amin Chachoo ha subido una canción que es tradicional y una empresa americana que es la que controla las autorías de lo que la gente cuelga en youtube, le ha dicho que hay un fragmento de la canción que ya está registrado”, asegura este experto, que aclara que él personalmente no tiene canal en Youtube, si bien toda su música está en este medio “de una manera gratuita y pirata”.

Respecto al hecho de que el registro de autores de la SGAE, este músico aparezca como autor en canciones como Quddan Al Maya o Shamshu L Ashi, Paniagua defiende que lo que ocurre es que él aparece como autor de los arreglos, ya que ha registrado todas sus grabaciones en la SGAE en formato de archivo de audio. “Cuando se hace una versión de una canción antigua, y haces unos arreglos, una versión, una armonización o un cambio de ritmo, lo registras, como todo el mundo. Lo que registras es el arreglo, que es oficial, es legal y es obligatorio, casi”, defiende Paniagua, que asegura que él en ningún sitio figura como autor original de todas estas canciones andalusís, que son “de dominio público”.

El conflicto, por tanto, lo sitúa este músico en el desconocimiento por parte de algunos músicos marroquíes de cómo funciona todo el tema de los derechos de publicación en Youtube. “A Amin Chachoo quizá le incomode pedir permiso a esta empresa para colgar su versión”, sugiere Paniagua, que insiste en que, en cualquier caso, “el problema no es de autoría, sino de la monetización de los derechos generados por las subidas de videos en Youtube”.

Amin Chachoo, por su parte, centra su discurso en la música. “El problema es que, si estas canciones están puestas a nombre de una persona, la que sea, ésta adquiere los derechos y los músicos no pueden tocar esta música en recitales públicos o usarlos en bandas sonoras de documentales o películas. Yo ahora toco con miedo porque existe el riesgo de que me demanden por tocar música ajena. Si esta persona muere, los derechos siguen vigentes hasta 70 años después de su muerte”, lamenta el músico marroquí.

Chachoo remarca que la veintena de canciones que le han bloqueado son parte de un patrimonio tradicional que se lleva interpretando siglos, que aparece en manuscritos del siglo XVII y XVIII, que aparece en multitud de grabaciones del siglo XX. Canciones que hasta vieron versiones populares, como la que apareció en el disco Maqama Jonda de Jaime Heredia con la Orquesta Andalusí de Tetuán, grabado en el Auditorio Municipal Manuel de Falla de Granada en febrero de 1983.

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