La historia de Córdoba como anzuelo para el cine
El crítico de cine Javier Ortega aboga por aprovechar el legado cultural y los personajes cordobeses para hacerlos protagonistas de películas
“La gran película sobre Córdoba o sobre algún personaje cordobés aún no se ha realizado. Y su historia reúne todos los requisitos para ser llevada a la pantalla con éxito”. Son palabras del crítico cinematográfico Javier Ortega que apuesta por promocionar la historia de Córdoba, las distintas culturas que la han jalonado y sus personajes ilustres como un valor en sí mismo para hacer cine en la ciudad, para hacer a la ciudad protagonista del cine.
“¿Qué tiene que envidiar el Gran Capitán al Alatriste de Pérez-Reverte?”, se pregunta. O una época como el califato omeya en Córdoba a la historia sobre Granada que se retrata en la serie televisiva de éxito Isabel, pone como otro ejemplo. Ortega apuesta por ir más allá de vender Córdoba como plató de cine y “aprovechar la historia de Córdoba para acercarse a la materia prima del cine: los guiones”.
Porque, en opinión de este experto que este martes ha pronunciado la conferencia Córdoba y el cine: una evocación en Bodegas Campos- si la historia de la ciudad protagoniza un guión, luego vendrá casi por sí solo que el plató elegido sea el escenario real de la historia que se cuenta y la industria cinematográfica apueste por rodar en Córdoba. “Siempre que es posible, en un 80% de los casos, se elige rodar donde se produjo la propia historia que se cuenta”, explica.
Este crítico de cine repasa también los personajes ilustres cordobeses que han protagonizado películas a lo largo de la historia del cine, desde el Séneca retratado en varios films de Hollywood con Quo Vadis a la cabeza, a bandoleros como José María El Tempranillo en lo que se llamó el western de Sierra Morena, personajes históricos como el Gran Capitán o la aparición de varios toreros ilustres con Manolete a la cabeza.
Historia y personajes propios para contar en el cine en una ciudad, Córdoba, que fue de las primeras en proyectar fotografías animadas, las primeras estampas de lo que después evolucionaría hasta llegar a ser películas. Fue el 23 de octubre de 1896, en el denominado Teatro-Circo del Gran Capitán, donde se pudieron ver por primera vez aquellos “cuadros” o “vistas”, que era como se denominaba entonces a estas proyecciones, sobre todo, de paisajes.
Luego, recuerda Ortega, “el cine se asentó pronto y con una muy buena acogida” en Córdoba. Es más, “se convierte en una industria”, con un número de salas mayor en relación a otras capitales del país. Y es eso precisamente, esa industria, la cinematográfica, la que a juicio de este experto, podría recuperarse con Córdoba como protagonista de las películas de su propia historia.
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