Ante la desprotección cultural, reacción flamenca: nace una entidad en defensa del arte jondo
“Ha llegado el momento de que el colectivo de artistas profesionales del flamenco contemos con una organización que nos represente y nos defienda”. La frase sale de un manifiesto que marca el punto de partida de Unión Flamenca, una entidad sin ánimo de lucro impulsada por un nutrido colectivo de importantes artistas flamencos para responder a las necesidades históricas del colectivo.
A la cabeza de la misma, dos personalidades muy vinculadas a Córdoba, la bailaora Eva Yerbabuena y el cantaor Arcángel, que ejercen como presidenta y vicepresidente de una junta directiva integrada por Marina Heredia (secretaria general), Dorantes (tesorero), Rocío Molina, Rocío Márquez y Andrés Marín (vocales).
A este grupo, impulsores de la iniciativa, se han sumado en apenas una semana otros grandes del arte jondo, como María Pagés, Milagros Mengíbar, La Lupi, José Valencia, Mayte Martín, Juan Carlos Romero, José Mercé, Manuel Liñán, Tomatito, Paco Jarana, Vicente Amigo, José el de la Tomasa, Dani de Morón, Rafael Estévez, Miguel Poveda, Carmen Linares, Jose Quevedo ‘Bolita’, Rosario La Tremendita, Salvador Gutiérrez, Valeriano Paños y Juan Antonio Suárez Canito. En apenas unos días y sin haber sido presentada en sociedad, Unión Flamenca contaba con más de más de mil correos de profesionales que habían mostrado su firme interés en formar parte de la entidad.
Una organización profesional nacida en plena crisis del Covid-19, inicialmente como reacción “a las desafortunadas declaraciones del ministro de Cultura y Deporte” y a la posterior rectificación de la ministra de Hacienda. En este sentido, los artistas flamencos observaron la ausencia de una entidad legitimada que les representara durante esta crisis y que defendiera sus derechos e intereses. Para ello ha nacido Unión Flamenca.
Un marco jurídico específico que reconozca las especificidades del flamenco
En este ámbito, los fundadores de Unión Flamenca han insistido en que son muy conscientes de la situación económica que tantos sectores están padeciendo. “Quienes nos dedicamos al flamenco profesional no queremos ningún privilegio, sabemos que está siendo un momento muy duro y triste para muchísimas familias, pero era necesario tener una organización representativa y un marco jurídico que nos regulara y ha llegado el momento de hacerlo”, señalan.
No es su intención, por tanto, convertirse en un actor más en la mesa de las negociaciones con el ministerio, sino que plantea objetivos mucho más ambiciosos a largo plazo. “Unificamos todos los intereses de los artistas profesionales del flamenco, siendo nuestro objetivo fundamental defender sus derechos regulando un marco jurídico”, indican en su web, en la que demandan un régimen jurídico específico que contemple las singularidades del sector flamenco.
Por lo tanto, aclaran que el flamenco es el arte y embajador de España a nivel internacional y un importante motor económico que “genera riqueza, empleo, y contribuye a las arcas del estado”. De este modo, Unión Flamenca anuncia que también va a trabajar por la promoción del arte flamenco en sus diferentes formas, el cumplimiento de los derechos reconocidos en la Ley de Propiedad Intelectual o la mediación en casos de conflicto, para lo que cuenta con un gabinete jurídico especializado.
“Esta crisis que nos ha puesto una vez más los pies en el suelo. Nos encontramos ante una situación muy delicada y distinta a cualquier otra que hayamos vivido antes. Pero el confinamiento nos ha dado también la oportunidad de pararnos, pensar y, lo que es más importante, recurrir a profesionales que nos ayuden a marcar los pasos en este sendero: para caminar con firmeza, para saber dónde estamos y, con la mejor orientación y todo el trabajo necesario, llegar a nuestro destino”, señala la junta directiva.
Tras el aluvión de adhesiones inicial, la entidad ha abierto un espacio en su web (https://unionflamenca.org/unete/) para que los flamencos se sigan sumando a la entidad.
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