Córdoba estuvo tres meses con el ozono troposférico superando los valores recomendados por la OMS
Córdoba ha vuelto a destacar negativamente en los registros de calidad del aire de 2024. Según el último informe de Ecologistas en Acción, la ciudad superó durante 82 días el valor máximo diario de ozono troposférico (O₃) que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este periodo de alerta se extendió durante casi tres meses, principalmente entre julio y septiembre, coincidiendo con las olas de calor estivales.
El ozono troposférico, un contaminante secundario que se forma por la acción del sol sobre los óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, alcanzó en Córdoba niveles que no solo superaron la referencia sanitaria de la OMS —establecida en 100 µg/m³ durante más de tres días al año—, sino también el umbral legal nacional de 120 µg/m³, que permite un máximo de 25 superaciones por año. La ciudad experimentó 23 días por encima de ese límite legal y 82 respecto a la marca de la OMS.
Un problema que se repite cada verano
No es la primera vez que Córdoba se sitúa entre las zonas más afectadas por el ozono en Andalucía. De hecho, en 2023 ya incumplió la normativa europea, tal y como recogía entonces Cordópolis en un reportaje titulado “Córdoba vuelve a incumplir la normativa europea por contaminación de ozono”. Este año, aunque el número de días con superaciones ha bajado ligeramente, la situación sigue siendo preocupante.
El informe de Ecologistas en Acción detalla que el valor AOT40 —indicador de riesgo para la vegetación— también fue rebasado en Córdoba, alcanzando 20.997 µg/m³·h, muy por encima del objetivo legal (18.000) y del umbral a largo plazo recomendado (6.000). Esto no solo afecta a la salud humana, sino también al rendimiento agrícola y a los ecosistemas naturales del entorno.
Riesgos para la salud
Los efectos del ozono troposférico son especialmente nocivos para grupos vulnerables: personas con enfermedades respiratorias, niños, mayores y embarazadas. Puede provocar desde irritación en ojos y garganta hasta complicaciones pulmonares graves. La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que este contaminante causa miles de muertes prematuras cada año en España.
Según datos del Instituto de Salud Carlos III citados en el informe, hasta 10.000 muertes anuales en el país pueden estar relacionadas con episodios agudos de contaminación por ozono y partículas.
Una normativa que no se cumple… ni se actúa
Aunque el Gobierno central y la Junta de Andalucía están obligados por ley a implementar planes de mejora de la calidad del aire cuando se incumplen los límites legales, Córdoba no dispone de un plan específico contra el ozono, a pesar de encadenar más de una década de superaciones. En otras comunidades, como Castilla y León o Cataluña, los tribunales han obligado a sus gobiernos a elaborar planes tras denuncias de Ecologistas en Acción. En Andalucía, aún no se ha dado ese paso.
Además, el informe denuncia la inacción generalizada de los ayuntamientos en aplicar medidas preventivas como restricciones temporales al tráfico o avisos a la población durante picos de contaminación. Córdoba tampoco cuenta con un protocolo eficaz ante episodios de mala calidad del aire, a pesar de que la ley obliga a su existencia y aplicación.
Las condiciones meteorológicas de 2024 —un año extremadamente cálido, con múltiples olas de calor en verano— han favorecido la acumulación de ozono. Pero el clima no es el único responsable. El tráfico motorizado urbano sigue siendo la principal fuente de los precursores del ozono en la ciudad, unido a la actividad industrial y a la falta de ventilación atmosférica en la campiña cordobesa.
Además, según el informe, la inercia en la transición energética y en la movilidad sostenible está retrasando los efectos positivos esperados. En palabras de la organización: “Las medidas estructurales no llegan y la población sigue respirando aire insano durante semanas cada verano”.
Ecologistas en Acción propone la elaboración inmediata de un Plan de Mejora de la Calidad del Aire para Córdoba, con especial atención al ozono; la activación de protocolos de emergencia ante episodios de alta contaminación; limitaciones al tráfico motorizado durante olas de calor y la ampliación del transporte público eléctrico y vías ciclistas, además de campañas de información ciudadana sobre los riesgos del ozono.
Conclusión
Aunque los datos de 2024 muestran una ligera mejora respecto a años anteriores, Córdoba sigue muy lejos de cumplir los estándares que garantizan una buena salud ambiental y humana. El ozono troposférico se mantiene como un enemigo invisible y persistente, que año tras año se instala en el aire que respiran miles de cordobeses durante el verano.
El reto es claro: actuar con decisión antes de que la calidad del aire en Córdoba se degrade de forma irreversible.
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