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SEQUÍA
Córdoba, la capital española de las piscinas

Parcelaciones en El Higuerón

Juan Velasco

23 de agosto de 2022 06:00 h

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Córdoba es la capital española de las piscinas. En números absolutos, la única ciudad con más piscinas que Córdoba es la capital española, una Madrid que la supera en número (2.314 más), aunque con una relación entre piscinas y población mucho menor.

En Córdoba, según los datos del catastro, a los que ha accedido este periódico, hay 11.528 piscinas censadas. Es decir, en el término municipal de la capital cordobesa (el más grande de Andalucía) hay 3,5 piscinas por cada 100 habitantes.

El número de piscinas que hay en Córdoba capital ha crecido un 2,3% en los últimos tres años. En el año 2019, el arquitecto José Carlos Rico creó un mapa de la ubicación de piscinas en el municipio a partir de los datos catastrales. Entonces, este experto censó 11.266 piscinas, albercas o pilonas. Son 266 piscinas menos de las que hay en el último registro catastral en la localidad, con datos de 2022.

En Andalucía, la única ciudad capaz de hacer sombra a Córdoba en número de piscinas es Chiclana de la Frontera, en Cádiz, que tiene 9.117 registradas. El resto de provincias andaluzas se reparte las piscinas de la siguiente manera:

  • Málaga - 5.668
  • Jaén - 4.063
  • Granada - 1.953
  • Almería - 1.836
  • Sevilla - 1.705
  • Cádiz - 28
  • Huelva - 161

Un 1.181% más en los últimas tres décadas

En Córdoba, hay que decirlo, no existe un censo oficial de piscinas en la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU). Salvo todas aquellas que soliciten licencia de construcción (que deberían ser la totalidad, aunque la realidad sea otra), sólo están obligadas a registrarse para facilitar los controles sanitarios aquellas que son de acceso público (las de hoteles, gimnasios, bloques de vecinos, instalaciones deportivas o las municipales). El catastro tampoco recoge todas, sólo aquellas cuyos dueños han legalizado su construcción a través de la inscripción.

Por tanto, el número de piscinas, piletas y albercas de Córdoba es seguramente superior al que ofrece el catastro. En cualquier caso, comprobando los datos que hay de piscinas legalizadas, sorprende el crecimiento de este tipo de edificación en la ciudad.

Tomando como referencia el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1986, el primero que regularizó un poco la superficie parcelada de Córdoba, se detecta un incremento un 1.180% en el número de piscinas construidas en el término municipal. Hace 36 años eran casi 900 las piscinas que detectaron los servicios de Urbanismo. Hoy hay más de 11.500 registradas en el catastro.

Este registro no incluye datos de ubicación de las piscinas a lo largo del término municipal, aunque José Carlos Rico logró situar geográficamente las piscinas a lo largo del término municipal. Así, El Brillante y las parcelaciones de la sierra y la zona del Aeropuerto/Medina Azahara son los puntos que acumulan mayor número de estas edificaciones.

El caso de las parcelaciones de la periferia es especialmente complejo. El investigador y profesor de Geografía Humana de la Universidad de Córdoba, David López Casado, publicó sobre ello una tesis doctoral, que tituló La ocupación residencial del suelo no urbanizable: análisis de las parcelaciones ilegales del municipio de Córdoba, y que plantea que muchas de las piscinas de estas parcelaciones se llenan con pozos ilegales que a su vez están vaciando acuíferos.

El caso de las parcelas: problemas a la vista

En un trabajo anterior, titulado De urbanización ilegal de fin de semana a barrio precario: las parcelaciones ilegales en Córdoba, este investigador explicaba que “el principal problema al que se enfrentan de manera cotidiana los habitantes de estas parcelas es el del abastecimiento de agua potable”.

“El progresivo aumento de la residencia habitual hace que las formas de suministro de agua necesario en las etapas iniciales, sobre todo relacionado con el ocio de fin de semana que, por lo general, era resuelto por medio de captaciones individuales, hoy no sea válido”, señalaba López Casado en este trabajo, que concluía que este movimiento geográfico “ha derivado en que aflore el problema de la falta de abastecimiento de agua potable”, que implica, a su vez, “la aparición de serios problemas de habitabilidad y salubridad para las personas que habitan estos espacios”.

Las consecuencias, de hecho, ya se han hecho notar este verano. La sequía que sufre Córdoba está provocando serios problemas en los pozos de las parcelaciones de la capital, muchos de los cuales ya han empezado a quedarse sin agua, han dejado sin riego a la vegetación de cientos de viviendas y han abocado a los vecinos a surtirse de agua llenando garrafas en las fuentes públicas o bien comprándola embotellada para el consumo doméstico. Esto ha ocurrido en parcelas de la zona de El Higuerón, en el aeropuerto y también en Las Quemadas. Las primeras movilizaciones no se han hecho esperar, y hace unos días, un grupo de 50 parcelistas cortó la carretera N-432 como protesta.

La provincia se lanza a crear un censo de piscinas

El robusto sistema de abastecimiento de agua en la capital cordobesa hace que, por el momento, los problemas de suministro estén limitados a las parcelaciones de la Sierra y la zona del Aeropuerto, que tienen un encaje distinto, dado que su regularización está vinculada a la aplicación de la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista), de titularidad autonómica.

Así, por el momento, no se habla en la capital cordobesa de censar piscinas o limitar el consumo de agua, que es algo que ya se está planteando en el resto de la provincia, donde los problemas de suministro son comunes desde antes del verano y tienen probabilidad de aumentar si no llueve este otoño.

De hecho, el censo de piscinas es una de las grandes medidas de la ordenanza de sequía que ha aprobado la Diputación de Córdoba pero que aún no está en vigor. La Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa) realizará, en colaboración todos los ayuntamientos de la provincia, una listado de piscinas públicas y privadas. El objetivo es saber exactamente cuánta agua hay en esas piscinas y evitar llenados innecesarios por filtraciones. De esa manera, se evitarían derroches en el uso de agua.

El plazo máximo para la adaptación total es de cuatro años, que es, más o menos, el periodo para el que la capital tiene garantizado el suministro si no cayera una gota de agua. Quien sabe si, para entonces, será el Ayuntamiento el que esté planteándose censar las piscinas de Córdoba, la capital española con más piscinas, después de Madrid.

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