Los viticultores de Montilla-Moriles prevén una cosecha menor que la del año pasado, pero con uva de alta calidad

La vendimia en el marco vitivinícola cordobés de Montilla-Moriles, que comenzó el pasado julio para las variedades blancas tempranas, como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo y Moscatel, y que también ha comenzado en estos primeros días de agosto para la variedad Pedro Ximénez, en ambos casos de forma adelantada, “será más corta aún que la del año pasado, en torno a un 25% menos de cosecha”.

Así lo ha avanzado, en declaraciones a Europa Press Televisión, el técnico de la empresa Todoviña y responsable de la vendimia mecanizada en el marco Montilla-Moriles, José María González, quien ha explicado que ello se debe “a la sequía y a la inclemencias meteorológicas que han acontecido a lo largo del ciclo de desarrollo de la viña”, si bien la uva que se está vendimiando es de “una alta calidad”.

En cualquier caso, con la reducción de cosecha prevista ya mencionada, “puede alcanzarse una producción de en torno a unos 25 millones de kilos”, mientras que la del año pasado, que ya fue inferior también a la del anterior, se cosecharon “29 millones de kilos”, lo cual está relacionado con que “ya son muchos años los que llevamos de sequía” y ello “hace estragos en el viñedo”.

Además, según ha explicado, “este año se ha adelantado la vendimia, según la zona, entre once y 12 días, y eso se debe claramente a las temperaturas” elevadas del presente verano, señalando González que los “días calurosos” de las últimas semanas, con “noches frescas”, han influido “en la maduración (de la uva), que ha avanzado bastante” y, dado que “la calidad va a ser alta”, también esperan los vitucultores “que los precios acompañen en esta campaña”.

En cuanto al empleo de la modalidad de vendimia nocturna, González ha afirmado que en el marco Montilla-Moriles “se lleva haciendo ya muchos años y aquí pues se suele empezar entre las 12 de la noche y la una de la madrugada, sobre todo en vendimia mecanizada”, mientras que “en vendimia manual se suele empezar en torno a las cinco de la mañana, para evitar esos golpes de calor que les pueden dar al personal”.

Vinos con valor

En cuanto a cómo afrontan esta situación en las bodegas del marco Montilla-Moriles, por su parte y en declaraciones a Europa Press Televisión, el gerente de Bodegas El Monte, Antonio López Cuenca, ha destacado que, en su caso, ya llevan “tres años viendo cómo las existencias finales caen”, trabajando “con los mismos viticultores y con las mismas parcelas que se vendimian”, porque la suya es una bodega que apuesta por “un proyecto de futuro y, en este caso los viticultores, que suponen un 20% de la molturación total de la bodega, están viendo que cada vez las proporciones en kilos son inferiores”.

Ello lo van a paliar en esta bodega “tirando por una gama de vinos blancos tranquilos, mucho más específica, con un valor añadido y evitando el camino del volumen”, con lo que van a “comercializar prácticamente lo mismo, pero en un volumen más reducido” e “intentar por todos los medios aportar un valor añadido”, que “lo tiene, en cuanto a características de suelo, características de la variedad y evidentemente de la filosofía de bodega”.

Ese será el resultado final de un proceso iniciado en su momento en esta bodega que pasa por “vendimiar de noche y a mano, fermentar a temperatura, dignificar los pagos, es decir, dignificar la parcela de dónde viene esa uva, y todo eso transferirlo e informarlo en la etiqueta de una botella”, de modo que “esa profesionalización, ese valor añadido, que la zona lo tiene”, es el camino a seguir “para paliar ese descenso de oferta, en este caso de uva, tanto para las bodegas, como las cooperativas de la zona Montilla-Moriles”.