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El reto del resto: separar los residuos del quinto contenedor en Córdoba

Contenedor de resto de SADECO

Carmen Reina

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Desde el pasado mes de enero, la separación de residuos en Córdoba tiene un nuevo reto: el contenedor de resto. Se trata de un quinto contenedor, de color gris, que paulatinamente se está instalando por los distintos barrios de la capital y con el que se afina la separación de residuos difícilmente recuperables para eliminarlos de los otros cuatro contenedores y así mejorar la recuperación de los materiales reciclables.

Actualmente, Sadeco ya ha instalado 102 contenedores de resto en Córdoba. Que estos se llenen de los residuos correctos y, así, se mejore la recuperación de los materiales reciclables- vidrio, envases, papel y cartón y materia orgánica-, comienza con la separación en casa. Y, ¿cuáles son los residuos que deben depositarse en el quinto contenedor, en el contenedor de resto? Pues todos aquellos considerados como “difícilmente recuperables” para tener una segunda vida. Ejemplos de ello son los pañales, compresas y tampones, loza rota, cepillos de dientes y excrementos de mascotas.

Una vez depositados en el quinto contenedor, comienza el proceso que Sadeco ha incorporado a su trabajo diario para llevarlos a la planta de reciclaje. Los camiones de la empresa municipal han establecido una nueva ruta en horario de tarde que se encarga de recoger los contenedores de resto de toda la ciudad para trasladar estos residuos al Complejo Medio Ambiental de Córdoba ‘Juan Revilla’.

Allí, los camiones depositan los residuos de resto y comienza el proceso para recuperar el máximo posible de materiales y darles una segunda vida. Se trata de un proceso completamente mecanizado en conjunción con la labor de los operarios, que desarrollan una tarea de control y vigilancia para que todo se desarrolle correctamente.

Métodos distintos para separar cada tipo de material

De manera mecánica, los residuos comienzan su ‘viaje’ hacia el reciclaje en un gran engranaje de cintas transportadoras. Pasan por un primera cabina de triaje donde los operarios separan los residuos más voluminosos que puedan obstaculizar el proceso. Y, a partir de ahí, con distintos mecanismos, los residuos se van separando por tipo de material.

Un gran cilindro que rota va atravesando las bolsas de basura con sus pinchos para abrirlas y que todos los residuos queden en la cinta; un gran imán atrae a los que contienen hierro, un selector óptico y una especie de sopladora separa distintos tipos de plástico, un sistema de aspiración se hace con los plásticos ligeros y bolsas, y un separador inductivo repele y aparta las latas.

Todo ese complejo mecanismo está supervisado por el centro de control, el cerebro de la planta de reciclaje, desde donde se supervisa que todo el proceso sea el correcto. Luego, otros operarios realizan un nuevo control de calidad para corregir los posibles errores que hayan podido surgir en el proceso mecanizado.

De esta forma, los residuos quedan separados por materiales y, con ellos, se hacen balas compactadas y prensadas. Ya en ese formato, los materiales recuperados tienen una segunda vida y son recogidos del Complejo Medio Ambiental por empresas recicladoras para introducirlos en el ciclo de la economía circular.

Así, con todo este proceso, empezando desde casa y con el trabajo de Sadeco, se logra separar y reciclar la mayor parte de los residuos. Y, ahora, Córdoba tiene el reto del resto: afinar esa separación desde cada domicilio y depositar los residuos correctamente en cada uno de los contenedores. 

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