Un grupo de jóvenes pone en marcha un proyecto para limpiar de basura la sierra de Córdoba
El verano y la desescalada han traído consigo reuniones y botellones por el cierre del ocio nocturno. En consecuencia de ello, los descampados y parques de Córdoba se han llenado de bolsas de plástico, botellas vacías, basura en general. Por ello, un grupo de ocho jóvenes, alumnos del primer curso de bachillerato internacional del colegio Alauda, ha puesto un marcha un proyecto para limpiar de esa suciedad la sierra de Córdoba.
Ana, Cristina, Damián, Alejandra, Esperanza, Sonia, Carlos y Javier decidieron presentar esta iniciativa como un proyecto de clase para una de sus asignaturas. “Cuando volvimos a clase después del confinamiento nos dimos cuenta de que toda la zona del colegio y alrededores estaba repleta de basura. Daba pena andar por allí” cuenta Ana López a CORDÓPOLIS.
Fue por eso que cuando José Antonio Gálvez, su profesor, les pidió un proyecto creativo para su asignatura, estos chicos no se lo pensaron. “Nos dimos cuenta de que tenemos un problema grave de concienciación sobre nuestros malos hábitos, sobre todo la gente joven, y que podemos ayudar a solucionarlo”, continúa.
Ante las acumulaciones de suciedad en el entorno del colegio, estos ocho alumnos no dudaron en lanzarse a la calle a recogerla. “Siempre con nuestra mascarilla, guantes y teniendo el máximo cuidado posible intentamos recoger todo lo que podemos. La semana pasada, que fue nuestro primer día, recogimos unas 35 bolsas en total”, revela la joven. “Incluso nos topamos con un jacuzzi y cuadros de casa tirados en medio de la sierra”, confirma.
Esta iniciativa consiste, principalmente, en limpiar las zonas de alrededor del colegio Alauda. Sin embargo, “en general nos centramos en los sitios de mayor concentración de botellones, como en los barrios de la Arruzafa o el Brillante” desvelan los alumnos. Aún así no descartan ampliar su propuesta a más zonas y toda la gente que quiera participar como voluntaria. “Vamos a crear una página web donde la gente podrá ver lo que hacemos y unirse a nosotros”, cuentan.
De hecho, a pesar de concretar que se trata de un proyecto de clase, tal ha sido la satisfacción para estos chicos que quisieran seguir con sus fines de semana de limpieza incluso una vez termine el cuatrimestre. “Cuando estás recogiendo hay mucha gente que te da las gracias y que te agradecen la labor que estás haciendo”, desvela Ana López. “También es cierto que nadie se para a ayudarte. Hay mucha falta de concienciación y eso es básicamente lo que pretendemos con esta iniciativa”, prosigue.
Pues, a pesar de que estos chicos son aún muy jóvenes, son conscientes de que como sociedad no lo estamos haciendo muy bien, aseguran. “La gente se va de botellón o de acampada y lo deja todo de por medio sin pensar en las terribles consecuencias que pueda tener. No todo se descompone rápidamente”, expresa la alumna. “Por ello es importante que lleguemos a cuanta más gente mejor y sepan que la situación del planeta es lamentable”, denuncia.
Por eso no demandan ayuda, sino que alientan a que todos seamos más responsables y comprometidos con el medio ambiente. “Da pena llegar al colegio y ver los descampados llenos de basura. No da una impresión buena; tampoco cuesta nada recoger una lata o tirar la bolsa al contenedor”, explica López. “Es cierto que muchas veces no nos damos cuenta o no pensamos en las consecuencias de lo que estamos haciendo, nosotros ocho somos los primeros que lo sabemos. Pero tampoco es tan difícil limpiar lo que ensuciamos”, prosigue.
Ante esto, estos ocho alumnos del colegio Alauda seguirán con su campaña hasta mediados de año, cuando esperan haber dejado más o menos libre de suciedad los descampados de sus barrios y, quién sabe, si alguna zona más gracias a la colaboración ciudadana, según argumentan. De momento el proyecto será expuesto en las redes sociales tanto personales de los chicos como del colegio, para que sirva como método de concienciación y difusión del mensaje que quieren transmitir.
Cada fin de semana durante los próximos meses estarán en una zona distinta para seguir recogiendo, siempre manteniendo las medidas de seguridad reglamentarias, las cantidades de basura que dejamos cada día en sus lugares más frecuentados. De esta manera, ayudar les hace sentirse a gusto consigo mismos y realizados, según cuentan. “Es muy triste ver que somos personas poco comprometidas, pero a nivel personal te hace sentir muy satisfecha” concluye Ana López.
Este fin de semana el grupo se ha encontrado en los alrededores del colegio Alauda por la mañana, sobre las 10:00, para despejar sus zonas de paso de la suciedad que se acumula en el fin de semana.
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