La antesala del infierno: suben las temperaturas

Es 30 de mayo y mañana será el último día de la primavera climatológica. Vivimos los dos últimos días de lo que viene a ser nuestra particular antesala del infierno. Quedan tan sólo dos días para que la estación climática más temida para cualquier habitante del Valle del Guadalquivir se haga dueña de los días. En la medianoche del próximo jueves cruzaremos el límite que nos sitúa directamente en el verano climatológico, el que rinde cuenta para la estadística. El otro, el astronómico, lo hará el próximo Solsticio, que éste año será el 21 de junio.

Lo que den de sí estos próximos 92 días aún está por escribir, pero de momento la configuración de los grandes centros de acción atmosféricos en el Atlántico Norte siguen su imparable camino a dibujar la tradicional circulación estival. Esto es, un Jet desplazado al norte, dejando la circulación general de borrascas al margen de la península ibérica, permitiendo crecer y hacerse fuerte al anticiclón de las Azores, una de las piezas clave para entender el verano ibérico. Al sur, más allá del Estrecho, el desierto sahariano ya calienta motores, dibujando un pálpito de máximas y mínimas que bien podría asemejar el de un corazón taquicárdico.

Los ingredientes están y las costumbres cordobesas asociadas al estío pronto empezarán a dejarse ver. Los aligustres en flor, el ir y venir a las piscinas de la ciudad, las noches de cine de verano y parques, y la desoladora imagen de las calles durante el tórrido sopor de la tarde.

Temperaturas al alza para saludar a junio

No obstante, aún es pronto para afirmar que lo más crudo del verano esté al caer. Los tiempos mandan y aún debería quedar en torno a un mes para alcanzar las temibles semanas por encima de los 40 grados. Las bajas presiones en el Atlántico Norte aún tienen cierta influencia sobre la Península y el flujo oceánico aún permite mantener las temperaturas a raya, observándose aún en el corto y medio plazo cierto movimiento en las capas bajas de la atmósfera.

La ligera inestabilidad que los últimos días de feria ha enmarañado el cielo cordobés tiende durante esta semana a desaparecer por completo, permitiendo el ascenso de la dorsal anticiclónica sobre nuestro territorio. La consecuencia inmediata, temperaturas que irán cogiendo fuerza según avance la semana, teniendo en las tardes de los próximos jueves y viernes, la que prometen ser tardes más calurosas de la semana. Las máximas, haciendo caso a los valores que se registraron la pasada semana, podrían irse hasta el entorno de los 38 grados en zonas del Valle del Guadalquivir. Valores de aviso amarillo que según avance el episodio podrían activarse por primera vez en este año.

Un episodio aún leve para los auténticos calores veraniegos que están por venir, y que tendrían punto y a parte a comienzos de la próxima semana con el paso de una vaguada por el norte peninsular, un frente que podría poner el punto final a las lluvias por este pequeño rincón del mundo. Llega el verano sí, pero ya saben, hasta el 40 de mayo...

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