Adiós al primer spa para bebés y niños abierto en Córdoba: el coronavirus provoca su cierre
Muchas son las empresas a las que el coronavirus ha puesto punto y final. Una de ellas es la que lanzó una cordobesa, Marta Delgado, que dejó su puesto de teleoperadora en Emergia para montar Baby Pompitas, un spa para bebés y niños con el fin de estimular sus capacidades sensoriales. Poco más de un año después de su nacimiento, la crisis sanitaria le ha llevado a bajar para siempre el cierre de su empresa.
Antes de la irrupción del coronavirus en España, el local de Marta ya era conocido y cada vez más recibía clientes de todo tipo. Los recelos que pudiera haber ante este tipo de negocios iban disipándose y las escuelas infantiles ya habían contactado con ella para empezar a ofrecer estos servicios a sus pequeños. “El primer año siempre es más lento pero ya veía una mayor aceptación, los clientes lo iban recomendando y todo iba mejor. Justo en ese momento es cuando surgió toda la pandemia”, explica Marta.
Este centro estaba orientado a la hidroterapia infantil, a los masajes para los recién nacidos y a la estimulación sensorial para niños con diversidad funcional. Su usuario principal es el menor por lo que, nada más estallar la crisis, la cordobesa intuyó que iba a ser muy complicado relanzar el negocio. “Hay miedo en la sociedad y más aún en los padres porque aquí tratábamos a bebés. Si el mío fuera otro tipo de negocio tal vez podría sobrevivir, pero no puedo, con todo el dolor de mi alma”, asegura.
Pagar alquiler, la cuota de autónomo, un préstamo y la luz ha sido para la joven toda una cuesta arriba a la que ha tenido que echar el freno. El pasado lunes terminó de recoger el local en el que se encontraba el spa, en la zona del Parque de la Asomadilla, aunque todavía le quedan por revender algunos objetos como una bañera grande de masaje de hidroterapia, otras tres pequeñas y el mostrador. A todo lo demás le ha podido dar salida a través de plataformas como Wallapop.
A partir de ahora, Marta volverá a buscar trabajo como integradora social o maquilladora ya que ha estado “reciclándose” de la mano de Menchu Benítez. Lo que tiene claro, asegura, es que jamás volverá a ser autónoma. “Ha sido una nueva experiencia pero muy complicada en una ciudad como Córdoba”, concluye.
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