Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
El carro de la compra como carro de combate
Es una de las frases de cabecera de Pepe Esquinas. “Comprar es un acto político”, nos decía en el año 2015 este cordobés de adopción, antiguo secretario de la FAO. Y que si de algo sabe es de comida, de su producción y de su reparto a escala planetaria.
En la provincia de Córdoba, uno de los grandes productos, que supone cerca del 20% de la economía total, es el aceite de oliva, un producto que vive un momento clave con una crisis de precios jamás vista. En origen, se pagan más de ocho euros el kilo por un producto que no es que escasee precisamente pero cuya producción tan mermada apenas cubre la demanda que existía.
Ahora, en los supermercados se agolpan los consumidores indignados por el salvaje precio que ha alcanzado el aceite. Y habiendo especulación, que la hay, eluden la causa de lo que ha ocurrido: que lleva años sin llover lo suficiente. De hecho, la próxima campaña se da ya por medio amortizada y se prevé que los precios sigan siendo muy altos.
Comprar es un acto político, desde luego. Y existen especuladores, que compraron barato y están vendiendo ahora muy caro. Los que lo hacen acaban vendiendo siempre, siempre, siempre en los supermercados, especialmente los que tienen mayor expansión nacional. Pero esos consumidores que tanto se quejan, por ejemplo, se muestran irreconciliables con lo que tienen tan cerca de su casa: las cooperativas o las almazaras.
Córdoba es el segundo productor mundial de aceite de oliva. Solo Jaén saca más producto al mercado. Pero ese aceite, en muchos casos, viaja de Córdoba a, pongamos por caso, Madrid, donde se envasa y regresa a un supermercado rándom de Córdoba. En el camino se ha encarecido un par de euros. Que los consumidores pagan encantados. Supongo que por no acercarse a su cooperativa más cercana, que tampoco está muy lejos.
Córdoba sigue siendo una provincia agraria, aunque cada vez menos. Pero el divorcio entre el mundo urbano y el rural parece cada vez más profundo. Pero especialmente desde las ciudades, donde siguen sin entender que para que el supermercado esté lleno de cosas tiene que haber alguien que lo haya producido antes. Y eso es algo que, magia, ocurre en los pueblos. Que además se están despoblando.
Y esa despoblación está provocando una crisis en el campo sin precedentes. Pero si no fuera rentable, ¿qué es lo que hacen tantos fondos de inversión comprando tierra? ¿qué ocurre con empresas de servicios con muchos dueños cultivando enormes extensiones? Sí, claro. Al final hay algo impeninable: para vivir tenemos que alimentarnos. Y los alimentos se producen en el campo. Pero el campo está expulsando a la gente.
El resumen de este trabalenguas es que además de la sequía lo que se va a venir es un periodo de alimentos caros, donde cada vez habrá menos agricultores y más fondos de inversión que al final lo que van a buscar es la rentabilidad y el reparto de dividendos en alguna city muy lejana.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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